"Entonces será manifestado el inicuo (a quien el Señor matará con el aliento de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida), cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con toda clase de poderes, y señales milagrosas, y prodigios falsos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no se acogieron al amor de LA VERDAD para ser salvados. Por esto, DIOS les envía una fuerza engañosa, para que crean en LA MENTIRA, y sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Tes 2:8-12 BTX4)
El mundo que no conoce a Dios desea oír aquellas noticias que les anuncien “paz y seguridad”, pero que su fuente no sea la Verdad de Cristo. Sin embargo, cualquier fuente diferente a Cristo es de la Mentira. Mentira que tarde o temprano conducirá a la destrucción. Un mundo que según sus propios criterios se autocalifica como "bueno", pero que no recibe "al amor de la Verdad" —es decir a Cristo a través del evangelio de gracia— es en realidad malo y enemigo de Dios (Jn. 3:19-21). Jesús mismo lo dijo muy claramente "El que no está conmigo, está contra Mí" (Mt. 12:30), o como cuando Él vino a la tierra; los que no le recibieron en realidad le rechazaron y despreciaron (Jn. 1:11).
Al oír las noticias del avance de las agendas abortistas en las legislaciones de los diferentes países, impulsadas por el "nuevo" orden mundial, surgen estas preguntas: ¿Por el solo hecho de existir una ley que permita el aborto, las mujeres quedarían obligadas contra su voluntad a practicarlo? O ¿Es en realidad estos avances del mal una expresión de la condición pecaminosa y anárquica que día tras día incrementa su desprecio a la Vida y la Verdad? Creo que es razonable responder que, si estas leyes solo fueran impulsadas por una pequeña elite globalista y para unas cuantas minorías, pues entonces las estadísticas de aborto serian significativamente menores (y esto sin aceptar la falacia acerca de los números exorbitantes de abortos por “embarazos de riesgo”) aun reconociendo aquellos abortos forzados en regímenes comunistas y totalitarios.
Ríos de tinta
han corrido condenando los horrores de las guerras mundiales, y la gran
cantidad de muertos (entre 10-31 millones (1ra.) y 70-83 millones (2da.)
—incluye bajas civiles y militares). Pero de forma contradictoria, el asesinato
de inocentes desde los años setenta que supera la escandalosa y horrorosa cifra
de 1.400[1]
millones de abortos[2], al
mundo, sin el más mínimo dolor y compasión le importa muy poco. Con cinismo
increíble se atreven a decir: “que los fetos abortados no eran vidas humanas”,
rechazando las evidencias médicas y científicas que indican la concepción como
el inicio de la vida misma. Es aún más escalofriante ver la opinión de gran
cantidad de personas que consideran esta matanza intencional de millones de inocentes
en el vientre de su madre (en el lugar que esperaban ser protegidos) como algo
justificable. Según estos, por temas de conveniencia, consideran que un número
tan grande de nacimientos en el mundo terminaría de empeorarlo, al aumentar la
pobreza y el hambre. ¡Señor cuán grande es tu paciencia y misericordia!
No me arrastres con los impíos ni con los que
obran iniquidad, que hablan de paz con su prójimo, mientras hay maldad en su
corazón. (Salmos 28:3 LBLA)
[1] 1. Vidal, Cesar. Más que un Rabino. Nashville, TN : B&H Publishing Group, 2020.
pág. 109.
[2] En en este sitio web se registra al dia de hoy un numero mayor de
abortos, alcanzado una extremecedora cifra de aproximadamente 1.600 millones
desde 1980, US Abortion Clock.org.
Number of Abortions - Abortion Counters. Number of Abortions. [En línea] [Citado
el: 12 de 06 de 2020.] http://www.numberofabortions.com/.
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