“Porque os decimos esto en Palabra del Señor: que nosotros, los que estamos vivos, los que quedamos hasta la venida del Señor, de ningún modo precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de DIOS, descenderá del Cielo, y los muertos en CRISTO resucitarán primero. Después nosotros, los que estamos vivos, los que quedamos, seremos arrebatados simultáneamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:15-17 BTX4)
En su gran mayoría las versiones en español traducen la palabra κέλευμα (kéleuma) como Voz de mando, sin embargo, no expresa toda su intensidad, y sería mejor traducirla como “Grito de mando”, como lo hace la Nueva Traducción Viviente (NTV). Por el contrario, las versiones en ingles traducen en su mayoría esta palabra como "Shout" o grito. Quizás parezca que esto no tenga mucha importancia, pero cuando estudiamos el uso de esta palabra en la antigüedad, podemos notar que se usaba como palabra de mando en batalla por el comandante[1]. Veamos con más detalle el uso de esta palabra:
“Con un grito; muchos observan aquí que la palabra utilizada significa un ruido o un grito como el que hacen los marineros, cuando se unen y reman juntos; y gritan para dirigirse y animarse mutuamente; o a un ejército con el general a la cabeza, cuando están a punto de emprender alguna acción considerable, para entrar en una batalla, e iniciar el combate; Cristo aparecerá ahora como el Rey de reyes, y Señor de señores, como el Juez de toda la tierra, asistido con el ejército, o ejércitos del cielo, y el grito de un rey estará entre ellos”[2]
Por lo tanto, esta palabra nos ayuda a ampliar la escena de lo que
está sucediendo previo en el aire, antes de darse este Grito de mando. Esta
situación tan intensa es lo que conocemos como el arrebatamiento de la iglesia.
Pero adicionalmente permite su conexión con la batalla librada en el cielo por Miguel
y sus ángeles contra el dragón (diablo y satanás) y sus ángeles (caídos) de
Apocalipsis 12:7-9.
Algunos han sugerido que la iglesia al ser arrebatada se encontrará
en medio de esta batalla, participando o siendo espectadora de esta. Sin embargo,
es más probable que este Grito de mando, sea después de esta batalla
para señalar la victoria de Cristo sobre satanás en el aire, ya que ha sido arrojado
de este lugar, y para convocar a su iglesia que ahora va a ocuparlo. Es muy
probable que satanás al ser arrojado violentamente caerá impactando físicamente
la tierra, provocando un gran terremoto mundial, un cataclismo, con una
confusión increíble en los habitantes del mundo (Ap. 6:12-17). Este brusco y
veloz ingreso a la tierra posiblemente se materializará en forma de la caída de
un gran asteroide. En ese mismo momento la iglesia es arrebatada junto con los
resucitados en las nubes al encuentro con el Señor en el aire.
Con el propósito de aportar algunas referencias a parte de esta
interpretación, miremos a continuación tres autores que con más detalle nos
describen lo que se produce previo o en paralelo con el arrebatamiento de la
iglesia. Iniciemos con el comentario que John Gill (1697-1771) realizó al texto
de 1 Tesalonicenses 4:17:
“para encontrarse con el Señor en el aire; donde descenderá, y entonces limpiará las regiones del aire de Satanás, y su pandilla de demonios, que ahora merodean por allí, observando todas las oportunidades, y tomando todas las ventajas para hacer daño en la tierra; estos entonces caerán como un rayo del cielo, y serán atados y encerrados en el abismo sin fondo, hasta que se acaben los mil años: aquí Cristo se detendrá, y será visible para todos, y tan fácilmente discernible por todos, buenos y malos, como el cuerpo del sol al mediodía; todavía no descenderá a la tierra, porque no es apto para recibirlo; pero cuando eso y sus obras se quemen, y sea limpiado y purificado por el fuego, y se convierta en una nueva tierra, él descenderá sobre ella, y morará con sus santos en ella: y esto sugiere otra razón por la que permanecerá en el aire, y sus santos lo encontrarán allí, y a los cuales llevará consigo al tercer cielo, hasta que la conflagración general y la quema del mundo termine, y para preservarlos de ella; y luego todos los elegidos de Dios descenderán del cielo como una novia adornada para su marido, y él con ellos, y el tabernáculo de Dios estará con los hombres”[3]
A continuación, un comentario más reciente, por parte
de John Macarthur de este mismo texto en conexión con apocalipsis 12:7:
“La pregunta clave para la interpretación no es como se librará la batalla, sino qué la provocará. Aunque es imposible ser dogmático, esa batalla final se desencadenará con el arrebatamiento de la Iglesia. Al describir ese acontecimiento, el apóstol Pablo escribió: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:16-17). Es posible que, cuando los creyentes arrebatados pasen por su reino, el príncipe de la potestad del aire y sus huestes demoniacas tratarán de estorbarles el paso. Eso pudiera desencadenar la batalla con Miguel y sus santos ángeles”[4]
Por último, y no menos importante, el hermano Aggeo
Palumbi, que con muchos detalles nos describe este escenario:
“Si se analiza lo que dice el apóstol Pedro, que los creyentes tenemos un lugar reservado para nosotros en el cielo, es lógico pensar que los que lo ocupan actualmente, (las huestes del mal) tienen que abandonarlo para que lo disfruten aquellos a los cuales Dios se los tiene reservado.
De manera que antes del traslado de la iglesia al cielo, el Señor tendrá que desocupar ese lugar, arrojando a los seres antagónicos a la voluntad de Dios; para que lo ocupen aquellos por la cual esa herencia está reservada. Como dice el apóstol en 1 Pedro 1:4 “… para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”.
Al ser quitado de en medio Satanás y sus ángeles y ser lanzado a la tierra, ya ese lugar reservado en los cielos será para los redimidos, y estará listo para ser ocupado por la iglesia.
Jesucristo, antes de morir y subir al cielo de donde vino, seguro de ser vencedor sobre la muerte y el pecado, Él dijo en Juan 14.2: voy pues a preparar lugar para vosotros. Esa expresión tenemos que interpretarla con un significado más real de lo que humanamente, se pueda interpretar, lo cual es: Voy pues, a desocupar ese lugar en el cielo cuya herencia incorruptible está reservada para vosotros. Una parte de ese universo celestial está actualmente y temporalmente, ocupado por Satanás y sus ángeles. Todo lo explicado anteriormente se encuentra en la palabra de Dios, como lo que acontecerá en muy poco tiempo cuando serán arrojados a la tierra.
… Al obtener en el cielo la victoria contra esos ejércitos celestiales; faltarían todavía dos batallas, que se desarrollarán en este mundo: La de Armagedón, y la de Gog y Magog al final del milenio. Éstas serán en contra de los que se dejarán influenciar por Satanás, la bestia y el falso profeta, como gobernantes de las tinieblas; que lucharán arduamente sabiendo que al abandonar el cielo, ya les queda muy poco tiempo antes del castigo final de ese conflicto de los siglos que termina en el lago de fuego”[5]
La anterior interpretación de los acontecimientos en 1
Tesalonicenses 4:15-17 y su conexión con los de Apocalipsis 6 y 12, pudiera
parecer fantasiosa y especulativa a muchos. Aunque no es muy raro que las
personas que no incluyan dentro de su cosmovisión los eventos sobrenaturales
que las Escrituras exponen con muchos detalles para el final de los tiempos,
les va a costar aceptarlos hasta que quizás estén en medio de ellos. Aunque la
realidad no depende si alguien la quiere o no aceptar, los eventos se realizaran
muy independiente de la percepción humana. Gran parte de este escepticismo
descrito por el apóstol en 2 de Pedro 3:3-4, es producto de la incredulidad de
que Dios pueda estremecer la tierra con hechos como estos, y que todo lo que
pueda suceder en esta, es solo producto de las acciones del hombre. Algo así
como la teoría del calentamiento global, donde el único responsable son las
acciones del hombre, y rechazar lo que se ha sabido por años, que el sol afecta
directamente el clima en la tierra.
Como alguien dijo en alguna ocasión; no pretendemos
darle validez a las Escrituras por el testimonio de los hombres, ya que ellas
mismas son su propio interprete y garante. Solo queremos traer a consideración y
análisis esta interpretación de lo que sucederá previo o durante el
arrebatamiento (Esperanza Bienaventurada (Tito 2:13)) para edificación y
consuelo de la iglesia. No sin antes y con la guía del Espíritu Santo estudiar
y analizar las profecías directamente de las Escrituras. El Señor nos puede dar
entendimiento en estos tiempos, permitiendo comprender muchas cosas que han sido
muy difíciles de entender en otras épocas de la historia (Dn. 12:4).
[1] Liddell-Scott-Jones Definitions y Thayer's
Expanded Definition. Disponible en internet https://www.studylight.org/lexicons/greek/2752.html
[2] John Gill. Comentario a 1 Tesalonicenses
4:16 - Exposition of the Old and New Testament [Exposición del Antiguo y Nuevo
Testamento] (1746-63) 4:17. Disponible en internet. https://www.sacred-texts.com/bib/cmt/gill/th1004.htm
[3] John Gill. Comentario a 1 Tesalonicenses - Exposition of the Old and
New Testament [Exposición del Antiguo y Nuevo Testamento] (1746-63) 4:17. Disponible en
internet. https://www.sacred-texts.com/bib/cmt/gill/th1004.htm
[4] John Macarthur. Comentario Macarthur del Nuevo Testamento Apocalipsis. Editorial
Portavoz. 2010. Pág. 26-27.
[5] Aggeo
Palumbi. Eventos futuros en su orden. Mayo 2011 (revisado febrero 2015). Pág.
13 -14. Disponible en internet. https://bit.ly/3fOLu9h sitio web: https://lasumadetupalabra.blogspot.com/
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