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sábado, 28 de marzo de 2020

El pueblo de Dios en tiempos de pandemia - Pastor Miguel Núñez [Transcripción]







El título de mi mensaje en esta mañana, para todos aquellos que nos ven por las redes, es el pueblo de Dios en tiempos de pandemia. Tengo un par de versículos que quisiera compartir con ustedes más adelante, pero dada la circunstancia que estamos viviendo, creo que se hace necesario poder introducir algunas cosas que quisiéramos mencionar en el día de hoy. Quisiera que pudieras considerar esto, no primariamente o exclusivamente como un sermón, sino como una especie de reflexión comunitaria, con aquella comunidad que está viéndonos, que nos está escuchando. De manera, que ciertamente es un mensaje, ciertamente es un sermón, pero yo quisiera que pudiera al mismo tiempo ver o saber que estás escuchando de manera reflexiva, porque no creo que ese sea el último de los sermones en medio de esta crisis que va a prolongarse por semanas. Creo que vamos a requerir de varias semanas para seguir hablando de parte de Dios, acerca de circunstancias como la que nos encontramos de frente hoy.  

Para mí, yo decía en estos días que quizá este sea uno de los mensajes más difíciles de componer, porque nosotros pudiéramos irnos en direcciones distintas y desbalanceadas. Hay muchas emociones encontradas y por un lado la tendencia, la inclinación, lo que suena natural es que básicamente prediquemos un mensaje de consolación. Lo que me ayudó a balancear lo que yo quisiera compartir, es la misma Palabra, viendo en tiempos de calamidades del pueblo de Dios en el pasado, que dijo Dios a través de sus profetas, que hizo, como lo hizo, en qué orden trajo los mensajes. De manera que nosotros pudiéramos predicar un mensaje solamente de consolación y en un sentido eso podría ser apropiado, pero yo creo que perderíamos una preciosa oportunidad de compartir algunas de las grandes verdades que Dios ha dejado plasmadas en su Palabra acerca de cosas que Él hace en momentos de tribulación. Este ha sido el caso en momentos de guerra, por ejemplo, en momentos de hambrunas Dios ha llevado a cabo un mayor número de conversiones a lugares donde quizás nunca antes la Palabra hubiese llegado, si no hubiese sido por esas circunstancias que se estaban dando.

Por otro lado, hubo momentos, múltiples momentos en que Dios trajo calamidades sobre su propio pueblo, y prácticamente sobre su propio pueblo, con la intención de limpiarlos y de santificarlos, solamente con esta intención, y que esos momentos de dolor produjeron beneficios extraordinarios en su pueblo. De manera que, no sé para otros predicadores, pero para mí este es uno de los, o ha sido uno de los mensajes más difíciles de componer, no por la complejidad del mismo, sino por el balance que requería, y por eso yo vengo a esta mañana con cierto temor y temblor. No hay duda de que nosotros requerimos un mensaje de consolación, pero yo creo que nosotros también requerimos un mensaje de esperanza y de arrepentimiento al mismo tiempo, ambos mensajes; el de consolación y de arrepentimiento fueron predicados por los profetas de Dios usualmente en el orden invertido, arrepentimiento y luego consolación. Es como si uno no pudiera traer consolación sin antes traer confrontación, o como si no pudiéramos traer bendición sin antes traer sanación. De manera que estuve debatiéndome de que traer a ustedes en el día de hoy.

Conociendo el estado de la iglesia en occidente, para algunos de nosotros que viajamos, algunos nosotros que recibimos cartas, que participamos en conversaciones internacionales incluso. Creo que traer un mensaje de esperanza a la iglesia sin al mismo tiempo traer un mensaje de arrepentimiento, hasta cierto punto, quiero decir esto con temor y temblor, es hasta cierto punto hipócrita de parte de aquellos de nosotros que conocemos la situación interna, por lo menos los que viajamos. Nosotros sabemos que la iglesia protestante en los últimos 20-30 años ha abrazado una serie de enseñanzas no bíblicas y de enseñanzas herejes, que han sido predicadas desde púlpitos que tienen el nombre de Dios. Dios no ha pasado por alto dichas enseñanzas, como tampoco ha pasado por altos dichos predicadores y sus seguidores. Nosotros tampoco podemos olvidar la falta de integridad financiera que muchos de los líderes de Dios han exhibido en medio de este evangelio de la prosperidad, del cual hemos hablado tantas veces y yo no creo que Dios haya pasado por alto ninguno de esos mensajes, ni ninguno de esos mal manejos.

Tampoco es un secreto para muchos de nosotros, la falta de integridad moral que ha salido a la luz, para no hablar de aquello que no ha salido a la luz, pero que Dios ha visto, que ha sido ocultan del mundo, pero que Dios ha podido ver, yo no creo que yo sea olvidado de ninguna de esas circunstancias. Por eso yo creo que esto es un mensaje complejo de predicar, creo que requiere una dosis de llamado de atención y requiere una dosis de consolación al mismo tiempo.

Para iniciar, donde nos encontramos hoy, podemos recordar que, en enero de este año China, bueno, el mundo despertó a la realidad de que en China se había comenzado a producir un brote de, producido por una epidemia, de un nuevo Coronavirus que comenzó a causar múltiples infecciones, en múltiples personas y la muerte de muchos otros. Al día de hoy, unas 308.000 personas y tantas han sido reportadas como infectadas, y de esos 13.000 han muerto ya, con una mortalidad estimada entre un 3 y 4 por ciento, aunque para el final de la epidemia probablemente sea más como de un 1 a un 2 por ciento, como hemos dicho en otros mensajes que hemos ido grabando y conversaciones. El número de casos ha sido tan numeroso y rápido, que ha obligado a tomar medidas extremas, pero necesarias, tratando de contener el avance de esta epidemia.

La realidad es que las pandemias han estado con nosotros desde todo el tiempo, de hecho, en el siglo II hubo una pandemia que se estimó terminó con la vida de 30 a 50 millones de personas. La famosa plaga bubónica en los años de 1300-1400 en apenas 6 o 7 años terminó con total aproximado, dependiendo de la fuente que leas, de 100 a 200 millones de habitantes que perdieron la vida. Eso es impresionante en un mundo, en un momento en que el mundo no tenía todavía la población que nosotros tenemos hoy. Yo no traigo esto con un interés médico en este momento, sino para que podamos entender que las plagas, las pestilencias han azotado la humanidad por siglos, y no han respetado ni raza, ni situación económica, ni estatus social, ni sexo, ni edad, ni cualquiera otra clasificación que nosotros podamos usar.

En los tiempos del Antiguo Testamento, antes de Cristo, le llamaban pestilencias, muchas de ellas traídas por Dios mismo, muchas de ellas traídas sobre el pueblo de Dios. Y ese pueblo, tanto pueblo hebreo como luego el pueblo cristiano, siempre se encontró en medio de dichas pestilencias, nunca fue inmune a las dificultades que estaban llegando a sus vidas, o a su alrededor. De manera que, nosotros tenemos que recordar que ese pueblo cristiano siempre ha estado, siempre ha jugado una especie de punta de lanza en las circunstancias de mayores peligros, precisamente porque hay un grupo pequeño quizás, pero hay un grupo de la iglesia que ha entendido bien el segundo mandamiento de la ley de Dios, y es que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero no podemos olvidar que, en los tiempos del Antiguo Testamento, a los cual estamos siendo referencia hoy, de manera particular Dios en ocasiones usó a profetas para ayudarles a ellos a entender, y a su pueblo por igual, que algunas de estas circunstancias calamitosas que estaban ocurriendo eran el fruto de su mano, obrando con un propósito en particular.

Escucha lo que Dios dice a través del profeta Amós. Pero antes de entender el mensaje de Amós se necesita entender la circunstancia en la que se encontraba el pueblo de Dios, del pueblo hebreo, para que puedas entender lo que Dios comienza a hacer. Había un gran optimismo nacional en ese momento, había una prosperidad financiera en el pueblo de Dios, esto trajo un aumento de la avaricia, eso produjo una cierta hipocresía religiosa y un sentido falso de seguridad, así estaba el pueblo de Dios. El pueblo estaba creyendo en Dios, pero viviendo de espalda Dios. De hecho, Dios dice en [Oseas 4:6] “te has olvidado de mi ley, por tanto, yo me olvidaré de tus hijos”.

Escucha como la Nueva Traducción Viviente habla de cosas que Dios hizo en ese momento, anunciadas por este profeta debido a circunstancias que se encontraban dentro de su pueblo. Capítulo 4 versículo 6 “Hice que pasarán hambre en cada ciudad y que hubiera hambruna en cada pueblo…” Notaste el hice - Yo hice “… pero aun así, ustedes no se volvieron a mí, dice el Señor. Yo detuve la lluvia cuando sus cosechas más las necesitaban. Envié la lluvia sobre una ciudad pero la retuve en otra. Llovió en un campo, mientras otro se marchitaba. La gente deambulaba de ciudad en ciudad buscando agua, pero nunca había suficiente; pero aun así, ustedes no se volvieron a mí, dice el Señor. Arruiné sus cultivos y viñedos con plaga y moho. La langosta devoró todas sus higueras y todos sus olivos; pero aun así, ustedes no se volvieron a mí, dice el Señor. Les mande plagas como las que envíe sobre Egipto hace tiempo (Egipto fue visitado con plagas, el pueblo de Dios fue visitado con plagas) ¡Maté a sus jóvenes en la guerra y llevé lejos a todos sus caballos! ¡el hedor de la muerte llenó el aire!, pero aún así, ustedes no se volvieron a mí, dice el Señor”.

El pueblo se había vuelto tan insensible, se había acostumbrado tanto a vivir de espaldas a Dios que sus estilos de vida eran similares al estilo de vida de aquellos que no le conocían. Lo que ocurrió fue que con el tiempo el pecado hizo lo que siempre hace, adormeció su conciencia. convenció la mente mediante la racionalización y termino esclavizando su voluntad. Hoy nosotros nos encontramos frente a un enemigo microscópico, numeroso, silente que en pocas semanas ha puesto al mundo cabeza hacia abajo, y pensar que nosotros apenas estábamos al inicio de la pandemia. Si te la imaginas como una montaña, apenas estamos al principio de la falda de la montaña, y sin embargo el mundo ya ha comenzado a sufrir sus consecuencias. Pero ese no es nuestro único problema mundial, es cierto que es sumamente penoso que en los últimos 90 días hayan muerto 13.000 personas de un virus.

Pero si queremos tener una panorámica mundial balanceada no podemos olvidar que en el mismo periodo de tiempo de entre 15 y 16 mil niños muertos de hambre, lo cual implicaría 1.5 millones de personas en los mismos 90 días que han muerto 13.000 personas del coronavirus. Todos niños, toda una generación se ha ido. En el mismo tiempo unos 13-14 millones de niños han sido abortados, algo extraordinario en tres meses. Algunos me han respondido por las redes y me han dicho: «que esas comparaciones no son justas», y yo creo que la única diferencia que yo veo es que el coronavirus puede afectarme a mí y a mis hijos, pero la hambruna no me ha afectado, y probablemente tampoco lo haga. Pero ni los niños muertos de hambre, ni los niños abortados, ni las otras estadísticas mencionadas y los desaciertos del pueblo de Dios que mencioné, nada de eso ha sido pasado por alto por Dios, si Dios se hiciera de la vista gorda ante todos estos males, yo no creo que sería un Dios digno de ser adorado. Y frecuentemente Dios se ha propiciado, permitido, en ocasiones enviado directamente, para llamar al incrédulo a conocerle y para llamar al pueblo de Dios a santificarse.

Yo creo que, si nos dedicáramos a predicar solamente consolación en un tiempo como este, es posible que dejemos de lado una de las mejores oportunidades para llamar al pueblo de Dios a la reflexión, al arrepentimiento y a la santificación. Ciertamente los males del mundo son muchos, son grandes son numerosos, son abrumadores, de hecho, son tan grandes que nosotros no sabemos qué hacer, hoy en día tampoco sabemos qué hacer con la epidemia; la comunidad médica está asombrada, no sabe exactamente cómo manejarla, los gobiernos están abrumados, la población está en pánico frente a un enemigo silente microscópico. Ante la enorme amenaza que el mundo enfrenta, yo pensé en un par de versículos que se encuentran separados, pero en el mismo libro, el segundo libro de Crónicas, que quizá nos pudiera ayudar a traer un poco de perspectiva, en términos de cual pudiera ser nuestra reacción en momentos como estos. Y el primero de estos versículos se encuentra en Segunda de Crónicas 20 versículo 20.  

Tengo que darte un poco de contexto, y por eso voy a leer algunos versículos extras. Pero resulta que los moabitas, los amonitas y los meunitas habían hecho un pacto de ir contra Israel, contra el rey de Israel; Josafat. Josafat recibe noticia de que esta gran armada viene a invadirlos. Escucha lo que el versículo 3 dice del capítulo 20 “y Josafat tuvo miedo y se dispuso a buscar al Señor, y proclamó ayuno en toda Judá. Y se reunió Judá para buscar ayuda del Señor; aún de toda las ciudades de Judá vinieron para buscar al Señor.” Josafat tuvo miedo, pero en vez de correr, Josafat fue y buscó refugio en el Señor. El temor de Josafat, pudiéramos decir, que es similar al pánico que quizás cristianos y no cristianos experimentan hoy ante esta otra invasión. El ejército que Josafat vio era visible, tenía miles de soldados, el ejército que está contra nosotros es invisible, y tiene trillones de trillones de invasores.

Ahora nota lo que Josafat hizo con su temor “se dispuso a buscar al Señor y proclamó ayuno en toda Judá” una de las cosas buenas que las dificultades hacen, es que nos empujan a buscar de aquel que controla la tribulación, aquel que está en control de cada molécula del universo y de cada microbio que está a mi alrededor y que pudiera invadirme. Pero nota que Josafat no solamente se propuso buscar al Señor sino también se propuso ayunar, y con toda probabilidad si Josafat no se ve frente a tal invasión, ni hubiese ni se hubiese propuesto buscar de Dios de la manera como lo hizo, y tampoco hubiese proclamado un ayuno. No se si notaste que Josafat no hizo eso de manera individual como líder, Josafat proclamó eso en toda Judá, porque ante las circunstancias, cuando el pueblo de Dios va a reaccionar y a buscar de Dios no se supone que hagamos eso de manera individual, sino que hagamos eso de manera comunitaria, porque el trabajo que Dios está haciendo no es solamente a través de la comunidad, sino que es también en la comunidad completa de su pueblo.

El versículo 5 del capítulo 20 dice: “entonces Josafat se puso de pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa del Señor, delante del atrio nuevo,” fue al templo “y dijo: Oh Señor, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos?” aquí viene la invasión, pero sabes que, tú eres el Dios que está por encima de esa invasión “¿Y no gobiernas tu sobre todos los reinos de las naciones?” ¿no gobiernas tú sobre los moabitas, los amonitas y los meunitas? ¿no gobiernas tú sobre ellos? “En tu mano hay poder y fortaleza y no hay quien pueda resistirte”. Josafat tiene la invasión de frente, pero él comienza reconociendo al Dios de los cielos, la grandeza de Dios, la soberanía de Dios, el poder de Dios y el hecho de que nadie puede resistir los propósitos de Dios.

Escucha como él sigue ahora en el versículo 9 de este Segunda de Crónicas 20 “si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa)” tu honor, tu gloria está invertida en esta casa, en este templo, nosotros teníamos que decir en tú iglesia “y clamaremos a ti en nuestra angustia,” Escuche ahora de donde es que viene la consolación “y tú oirás y nos salvarás” si viene espada, eso es guerra, si viene juicio ¿de dónde va a venir el juicio? de parte tuya, de manera que si viene una guerra, yo voy a ir a Ti, si viene un juicio de parte tuya es a Ti también donde yo tengo que ir. Pero si viene una pestilencia ¿qué es eso? una pandemia, una epidemia, si viene una pestilencia es a Ti a dónde vamos a correr. Si viene una hambruna como fruto de las condiciones económicas posteriores, es a Ti a dónde vamos a ir, nos vamos a parar en este templo, en esta casa, y nos vamos a parar delante de Ti.

Ahora escucha lo que Josafat dice, él no dice: «vamos a hacer eso porque tú nos debe, porque nosotros merecemos, porque nosotros hemos orado y no puede ser que tú no nos respondas» ¡No! porque tu nombre está sobre esta casa, porque la iglesia de Cristo tiene el nombre de Cristo sobre ella. De tal manera que, si Dios va a hacer algo por su iglesia, lo va a hacer por el honor de su propio Nombre, y Josafat entiende eso. Es como si Josafat está diciendo: «nosotros conocemos que nosotros somos el pueblo de Jehová, y los pueblos que están afuera, que nos están observando, están observando como nosotros vamos a reaccionar ante la tribulación, y nosotros venimos delante de Ti reconociendo o pidiendo que hagas algo por tu Nombre» y eso es algo que nosotros necesitamos recordar.

Finalmente, estas son las palabras de Josafat, y aquí era donde yo quería llegar, este es mi versículo de esta parte de mi mensaje, versículo 12. Aquí viene la invasión, es numerosa y Josafat dice en medio de su oración: “Oh Dios nuestro, ¿no los juzgarás?” vienen contra el pueblo sobre el cual se invoca tu Nombre, ¿no vas a hacer algo? ¿no los vas a juzgar? “Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que viene contra nosotros,” no podemos, somos impotentes, no sabemos qué hacer, pero confesamos nuestra fragilidad, nuestra debilidad, confesamos incluso hasta nuestro temor, pero te vamos a decir algo Dios, en medio del ayuno que ellos estaban proclamando, probablemente vestido de cilicio, probablemente cubierto en polvo y ceniza, como ellos acostumbraban a hacer, como una forma externa de exponer, de expresar lo que supuestamente estaba ocurriendo internamente. Una actitud de cierto recogimiento y de humillación, no sabemos qué hacer, “pero”, este “pero” es vital, porque el “pero” introduce el contraste y la solución “nuestros ojos están vueltos hacia ti”. Un gran ejército, visible, intimidante que los incapacito para el cual ellos no tenían fortaleza, los intimidó y Josafat dice: «pero hemos hecho una cosa, hemos dejado el temor, no nos vamos a llenar de temor, nos vamos a llenar de Ti, nuestros ojos están vueltos a Ti».

Nuestra invasión hoy es microscópica, pero tiene la capacidad de destruir más vidas que el ejército que venía contra Josafat. El pueblo hebreo no tenía fuerza para enfrentarse, de la misma manera que si tú unes todas las naciones poderosas del mundo con todos sus recursos, ellas no tienen fuerza para hacerle frente a esta pandemia, como las semanas han ido mostrando. El ejército de Josafat no sabía qué hacer, la comunidad internacional no sabe qué hacer, Josafat y toda Judá pudo haberse llenado de pánico, o pudo haberse llenado de Dios. El pueblo de Dios, pequeño, en el Antiguo Testamento frecuentemente tuvo que enfrentarse a enemigos numerosos, y en ocasiones lo hizo huyendo y no enfrentándose, y no les fue bien, pero en otras ocasiones supo buscar de Dios y encontrar la victoria en Dios. Y eso es justamente lo que ocurrió con Josafat, Dios le dio la victoria en contra de esta invasión.

La expresión “nuestros ojos están vueltos a ti” en cierta manera, lo que implica es que nosotros estamos confiando en Ti, en tu poder, en tu fidelidad, para con los tuyos, en tu amor para con nosotros. Como cantábamos hace un rato: «Nosotros reconocemos que Tú puedes hacer, lo que nosotros no podemos hacer, en ti confiamos oh, Dios». Dios escuchó la oración de Josafat, Dios escuchó la actitud de humillación de Josafat y Dios quiso salvarlos. La pregunta entonces ¿es para nosotros? Sí, la expresión “tenemos nuestros ojos vueltos a ti” ¿cómo hacemos eso? ante la circunstancia que nosotros estamos viviendo en el día de hoy ¿cómo nosotros volvemos nuestros ojos a Dios? y ciertamente los hijos de Dios han estado andando por caminos muchas veces de oscuridad, de falsedad, de doble moral y de todo tipo de iniquidad ¿cómo volvemos al camino de la luz?

Y yo quisiera sugerir que hay otro versículo también el Segundo libro de Crónicas capítulo 7, versículo 14 que tengo que aclarar antes de exponer, porque no quisiera que se me malentienda. Yo tengo muy claro el hecho de que ese versículo le fue dado a la nación de Israel, en un momento particular, con una promesa particular que se iba a cumplir de esa manera porque Dios así lo había decretado para ellos, y que no necesariamente ese versículo aplica a cada nación que pudiera llenar los mismos requisitos. Sin embargo, si esta es la Palabra de Dios, y la Palabra de Dios no cambia y es eterna, las verdades detrás del versículo necesariamente, mandatoriamente, obligatoriamente tienen que tener aplicación para nuestros días, o si no, no hubiese valido la pena dejarlas ahí. De hecho, a nosotros se nos dice en el Nuevo Testamento que; las cosas que fueron registradas en el Antiguo Testamento se dejaron para nuestra enseñanza. De manera que, en ese versículo tiene que haber enseñanza para nosotros.

Yo quiero leerte el versículo de Segunda Crónicas 7:14 también en contexto, comenzando en el 12 hasta el 14 “y el Señor se apareció a Salomón de noche y le dijo: he oído tu oración, y he escogido para mí este lugar como casa de sacrificio” Dios le va a hablar a Salomón por segunda vez, ya se le había aparecido en otra ocasión, de noche años atrás, y le había hablado al principio de su reinado. Ahora Dios se le aparece, le dice: «¿sabes qué Salomón? tu oraste, Yo la oí, y esta aparición de ahora es la respuesta a aquella oración» y Dios dice: «escúchame Salomón» “si [Yo] cierro los cielos para que no haya lluvia, si [Yo] mando la langosta a devorar la tierra, o si envío la pestilencia entre mi pueblo” ahí está la pestilencia, la pandemia, la epidemia «si Yo hiciera eso, déjame decirte algo Salomón, dado el pacto de fidelidad jurado Abraham, Isaac y Jacob» por eso es que estoy haciendo la aclaración, que esto tiene mucho que ver con Israel, pero que hay verdades con aplicación para nuestros días «si Yo hiciera todo eso, y resulta que mi pueblo entiende que, Yo soy aquel que realmente controla todas estas circunstancias, si ese pueblo “se humilla el pueblo sobre el cual se invoca mi Nombre” y ese pueblo además de humillarse “ora, y busca mi rostro, y se vuelve de sus malos caminos, entonces” Salomón, no antes “entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré la tierra”. Notaste el orden, oran, me buscan, se arrepienten, Yo escucho y Yo sano. Ahí está la promesa, la confrontación primero; se arrepienten y luego Yo sano.

Esta era la segunda vez que Dios le hablaba a Salomón, en esta ocasión «Salomón, si Yo decidido enviar calamidades sobre mi pueblo, incluyendo pestilencias, mi pueblo tiene una forma de cómo puede responder». De nuevo, la nación de Israel, Dios no les ha hecho promesas a naciones enteras hoy, pero una vez más yo quiero decirte, que aquí detrás de estas palabras hay principios extremadamente valiosos para la iglesia de hoy en día. Déjame leerte el texto otra vez “si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi Nombre, y oran, buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré la tierra”.

En primer lugar, Dios se dirige a un pueblo particular en esa ocasión, y a ese pueblo en particular lo identifica de manera particular, es un “pueblo sobre el cual se invoca mi Nombre” es un pueblo que Jehová ha escogido. La razón por la que Dios está diciendo un “pueblo sobre el cual se invoca mi Nombre” no es solamente por el pacto que Dios ha hecho con ellos, sino por el hecho de que muchas de las cosas que Dios iba a hacer, que Dios había hecho precisamente con ellos, tenían que ver primariamente porque sobre ellos se invocaba el Nombre de Dios. En otras palabras, Dios había invertido la integridad de su Nombre sobre ese pueblo. Hoy si fuéramos a señalar un “pueblo sobre el cual se invoca el Nombre de Dios” en quien Dios ha invertido su Nombre, no es una nación, es una iglesia, la iglesia de Cristo. Y una de las razones por la que la iglesia de Cristo necesita caminar en integridad de corazón, es precisamente porque cuando no lo hace, compromete la integridad del Nombre de Dios ante el mundo que lo desconoce.

Dios no se va a dirigir al pueblo, a la sociedad que no conoce a Dios, no se va a dirigir a la sociedad sobre la cual no se invoca su Nombre. Porque si esas personas fueran a orar, necesitarían comenzar orando por pedirle a Dios arrepentimiento para conversión, y de ahí en adelante entonces poder pedir en nombre de Cristo y a través de Cristo. Pero cuando Dios se identifica con un pueblo, con una persona sobre el cual Él ha invertido la integridad de su Nombre, Él espera que tú y yo le honremos de la misma manera. En ocasiones como ya aludí, Dios va a hacer algo por nosotros primariamente por amor de su Nombre. David entendió eso, ¿recuerda el Salmo 23 que yo te he citado en otras ocasiones? donde David escribe: “Él restaura mi alma, me guía por sendero de justicia, por amor de su Nombre” David sabe, David conoce su caminar, David sabe que no ha andado bien en más de una ocasión, y él dice: «sin embargo aun así Dios ha restaurado mi alma, y la única razón que yo encuentro por la que Él ha hecho eso, es por amor de su Nombre, él ha puesto su Nombre sobre mí».

El pueblo del Antiguo Testamento, con menos revelación, llegó a entender verdades que nosotros como iglesia necesitamos entender. Escucha lo que ocurre en otro momento dado, más tempranamente, cuando Josué estaba en la campaña de conquistar la tierra prometida, el pueblo hebreo venía ganando una batalla tras otra, una batalla tras otra, hay una orden de entrar a Jericó, de no tocar nada de lo que ahí había. En otras palabras: «tú vas a entrar ahí, tú vas a destruir ese pueblo, pero no puede poner la mano a nada, no te quedes con nada, no te lleves nada». El corazón avaro de Acán salió a relucir, y él toma un lingote de oro, él toma un manto babilónico, próxima batalla, perdida. No puedes ganar en pecado. Josué sabe que el pueblo está en problemas, Josué sabe que él no tiene ahora, como un lugar donde pararse para orar, porque como le voy a pedir a Dios que nos ayude, cuando Dios nos dijo que no tomásemos nada de ahí, y Acán ha pecado. De hecho, el texto dice: «Israel» Dios le dice a Josué: «Israel ha pecado, uno de ustedes pecó, el pueblo entero pecó»

Ahora ¿Por qué yo estoy enfatizando este esté hecho? por la manera como Josué pidió en medio de ese pecado. Josué 7:9, Josué hablando con Dios “porque los cananeos y todos los habitantes de la tierra se enterarán de ello, y nos rodearán” o sea, se enterarán de que Tú no está con nosotros, porque hemos caído en pecado “y borrarán nuestro nombre de la tierra”. Ahora escuche, que esto es fascinante “¿Y qué harás Tú por tu gran nombre?” «Dios, los cananeos y los habitantes de la tierra, van a venir y van a borrar nuestro nombre de la tierra. Pero ¿sabes que? si borran nuestro nombre de la tierra se fue tu Nombre, porque el único pueblo sobre el cual Tú has invertido tu Nombre, somos nosotros, mi pregunta es Dios ¿que Tú vas a hacer por tu gran Nombre?» Dios ha invertido su Nombre sobre la iglesia, y como mencioné, la iglesia de nuestros días, y quizás a lo largo de la historia. Sus líderes han cometido diferentes tipos de pecados; han abrazado doctrinas falsas, y las han predicado, pudieran ser acusados de mal manejo financiero, han sido acusados y lo hemos visto internacionalmente incluso, de inmoralidad sexual de todo tipo. Nosotros tendríamos que ir donde Dios en humillación y decirle: «Señor ¿sabes que? ciertamente hemos pecado, pero ¿qué harás Tú para limpiar tu Nombre sobre nosotros?»

La iglesia ha dejado caer el Nombre de Dios desde los púlpitos, en la predicación, en los estilos de vida de sus líderes y de ovejas, en la liviandad de la adoración. La santidad del Nombre de Dios ha sido dejada caer. Y es mi impresión, es sólo una impresión, ni siquiera estoy diciendo; es mi opinión, mucho menos mi convicción. Una impresión, que Dios está haciendo algo en el mundo, no solamente a nivel de sociedades, sino a nivel de su propio pueblo. No quiero sonar, quizás yo sea la nota disidente en estos momentos, pero la Biblia está ahí para ayudarme a entender y tener cierto discernimiento. Hoy yo, mejor dicho, ayer meditaba a lo largo del día, como hoy estarían múltiples templos cerrados, y ciertamente Dios nos ha permitido por lo menos proclamar la verdad. Pero vino a mí un mensaje, a mi mente, de uno de los profetas, el profeta Malaquías, en un momento dado cuando el pueblo había dejado caer el Nombre de Dios, también lo había comprometido, y Dios dice en Malaquías 1:10 «¡hay si apareciera alguien que cerrara las puertas del templo!» ¿porque Dios? «porque no estoy complacido con lo que ocurre adentro»

Yo no sé si esas dos circunstancias; las de aquel entonces y estas, son paralelas. Simplemente menciono que; el texto vino a mi mente. Y yo creo que este es un buen momento para meditar, y si vamos a reflexionar, yo creo que pensar en las verdades detrás de Segunda de Crónicas 7:14 es un buen punto de comienzo. Porque es ahí donde Dios comienza hablándonos de cuál pudiera ser nuestra actitud ante circunstancias calamitosos. Vimos el ejemplo de Josafat, como él lo hizo; él proclamó un ayuno. Eso es una de las maneras como el pueblo hebreo supo humillarse en la antigüedad. Y Dios dice en Segunda de Crónicas 7:14 “si se humilla mi pueblo”, comenzamos por arrepentirnos de nuestro orgullo, nos arrepentimos de pretender ser algo que no soy, de proclamar una cosa que no vivo, nos arrepentimos de afirmar con nuestros labios lo que realmente mi corazón no siente, nos arrepentimos incluso de vivir a veces con una máscara frente al mundo que oculta mi verdadero yo.

Tiempo de aislamiento, tiempo de cuarentena, yo creo que son tiempos excelentes, propicio para la introspección, para la reflexión para la humillación delante de Dios. Para tomar verdades que mi corazón conoce, pero que mi razón ha querido desconocer en su negación, y ha logrado incluso ocultar frente al mundo, pero que Dios ha podido ver todo el tiempo. Y a través de entonces de circunstancias dolorosas, Dios comienza a destruir nuestro orgullo, y la manera como lo hace, si nosotros no pensamos de esta manera vamos a pasar por alto este tiempo precioso, es que Dios comienza a enseñarnos cuán frágiles, vulnerables nosotros somos, que tan indefensos somos ante un solo virus microscópico, capaz de hacer más daño que muchas armadas de muchos países.

¿Cuánto temor experimentamos? yo pudiera experimentar temor y pánico, y es parte de nuestra naturaleza caída, y no voy a decir que nunca lo haya experimentado, no es el caso ahora, pero yo sé que lo he experimentado. Pero ¿cuánto temor y pánico nosotros pudiéramos experimentar ante un enemigo que, en esencia, va a terminar eliminando una o dos vidas de cada cien, y aun así llenarnos de temor? La realidad es que el orgullo es fácilmente intimidable. Yo no sé si tú lo has visto así en tu vida, yo lo he visto así en la mía, en la medida en que recuerdo mirando hacia atrás; a mi mayor nivel de orgullo, mayor mi nivel de intimidación, por razones que quizás puede explicar un poquito más adelante. Y es que lo único que le da seguridad al orgullo es sentirse en control de él, de sus circunstancias, de lo que está a su alrededor. Cuando nosotros nos sentimos que estamos perdiendo ese control, nosotros no sabemos qué hacer, entramos en ansiedad. Es la razón por la que hemos visto filas en los supermercados, no solamente en esta nación, en EE. UU. por igual, vaciando los estantes, hasta el punto de que ni papel sanitario (higiénico) hemos podido encontrar en algunos de los supermercados según se ha reportado, es como que, el temor ha acelerado los intestinos.

“sí se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi Nombre, y oran”. Dios primero nos llama a la humildad, para luego Él poder escuchar la oración. La característica número uno del orgullo no es la oración, de ahí que; me humillo y luego oro. La característica número uno del orgullo es su control, su manipulación, su maquinación, su autoprotección, su justificación, su autodependencia, su independencia, en vez de hacer o pensar las cosas comunitariamente. Las pandemias son excelentes para retirarnos, revisar, hacer introspección, orar y pedir primero; no tanto que Dios se lleve el virus tan rápido como Él pueda, sino que no lo retire sin que la circunstancia haya producido en nosotros, el fruto que Él quiso ver en el primer lugar. Para luego nosotros entonces, comenzar a pedir por nuestra condición interior. Para orar por la condición de los líderes del pueblo, no solamente cristiano sino los líderes que él ha puesto sobre nosotros, en las naciones, y que también no han caminado bien. Para orar por ovejas desviadas. Para orar por gente que aún no le conocen, que necesita entrar al reino de los cielos.

Piensa por un momento, cada día, hablando de personas que aún no le conocen, que estos tiempos propician el poder compartir las buenas nuevas. Piensa por un momento que, cada 24 horas aproximadamente 50.000 personas entran en un infierno eternamente, sin nunca haber oído el evangelio; eso no cuenta el número de personas que oyó el evangelio y nunca respondió a Él. 50.000 personas al día entran a una eternidad nunca habiendo oído el evangelio. El mayor peligro de la humanidad no es un virus microscópico, es un pecado del corazón, que se ha vuelto viral y ha afectado el mundo entero. Dios nos llama entonces en Segunda Crónicas 7:14 a que nos humillemos, como hablamos, a que oremos. Déjame decirte lo que decía alguien acerca de la oración, dice: «la oración es una ofrenda de nuestros deseos a Dios…» aquellas cosas que nosotros anhelamos, que queremos, de diferentes tipos, piensa en cosas que han sido tus deseos, usted se las ofrece a Dios «…por cosas agradables a su voluntad…» nosotros hacemos un intercambio «…en el nombre de Cristo, con una confesión de nuestros pecados y un reconocimiento agradecido de sus misericordias». Pensamos en aquellas cosas que deseamos, las que más deseamos, las intercambiamos por cosas que son agradables a Su voluntad, hacemos eso en nombre de Cristo, acompañado de arrepentimiento de pecado, y reconocemos Su gran misericordia.

E.M. Bounds lo ponía de esta otra manera hablando de la oración, y él escribió mucho acerca la oración; «la oración es totalmente dependiente de la fe. Virtualmente, la oración no tiene existencia aparte de la fe, y no logra nada a menos que está (la fe) sea su compañera inseparable». La oración no logra absolutamente nada si su compañera inseparable no es la fe. De hecho, Santiago dice lo mismo, yo creo que E.M. Bounds solamente estaba interpretando lo que Santiago dice en el capítulo 1, comenzando en el versículo 6, aquel que vaya a pedir que “pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor” ¡¿What? ¿Qué?! el que pida, que pida con fe, porque si duda, esa es la falta de fe, que no piense ese hombre que va a recibir nada del Señor. Eso lo que E.M. Bounds está diciendo exactamente con otras palabras; que la oración tiene que ir acompañada de la fe, y es dependiente de la fe, y no tiene existencia aparte de la fe, y no logra nada a menos que la fe sea su compañera inseparable.

Estos son tiempos para cultivar la fe, para cultivar la confianza en Dios, para cultivar aquello que literalmente energiza mi oración. Esto es un tiempo para poner la fe y la confianza en el Dios que controla los microbios; dichos microbios fueron creados por Dios aun antes de que el mundo cayera en pecado y en condenación, claro, para mantener el equilibrio del ecosistema. Pero lamentablemente después de la caída, pues todo se volvió adverso, nosotros nos volvimos adversos contra el mismo hombre, los animales se volvieron adversos contra nosotros, los microbios se volvieron adversos contra los seres humanos y aun contra los animales; todo está en rencillas si pudiéramos decirlo. Pero el Creador los trajo.

Segunda de Crónicas nos recuerda “si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi Nombre” y hablamos de eso ya, “y oran” hablamos de eso, “y buscan mi rostro”. La pregunta sería ¿cómo buscamos el rostro de Dios? ¿buscamos el rostro de Dios solamente en las dificultades? ¡No! el salmista nos dice el Salmo 105:4 que debiéramos buscar el rostro de Dios “continuamente”.  La búsqueda del rostro de Dios no es otra cosa que; la búsqueda de la presencia de Dios. Nuestra condición de criatura tiende a ocultar el carácter del Creador, y nuestros deseos tienden a ocultar, o a opacar los deseos del Creador. Cuando tú estás buscando el rostro de Dios, lo que estás tratando de hacer es justamente, no ocultar al Creador, y no permitir que tus deseos carnales, humanos, caídos puedan ocultar, empañar los deseos que el Creador ha puesto en ti, desde el momento que tú naciste de nuevo. El deseo del Señor es ser mi compañero manifiesto en todas las circunstancias. Lo que a mí me da tranquilidad, no es ni siquiera la oración, es el sentido de la presencia de Dios, en o después de haber orado.

Nuestra solución, nuestra búsqueda no debe ser necesariamente la solución de un problema en medio de una pandemia, sino nuestra búsqueda de Aquel que controla las pandemias. Decía hace un momento que, el mayor problema del hombre no es ni siquiera las pandemias que han venido y se han ido, sino justamente la presencia de este otro mal que lleva 50.000 personas por día a una condenación eterna, a 18 millones de personas al año. Eso es un problema mayor, mucho mayor, no solamente en términos de números, sino en términos de la eternidad. Este coronavirus no va a durar para siempre, no importa cuánto dure, él se va a ir. El salmista, ya te mencioné, en el Salmo 105:4 dice: «el Señor nos insta a buscar “su rostro continuamente”», eso lo estoy parafraseando ahora.  El Señor desea ser nuestro compañero constante en cada experiencia de la vida, Él quiere que lo conozcamos de principio a fin, realmente ese es un comentario del Salmo 105:4.

Finalmente, el Señor dice en este texto, Segunda de Crónicas 7:14 “y se vuelven sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra”. La manera de nosotros hacer eso es; hacemos introspección, revisamos nuestras vidas, revisamos nuestras vidas matrimoniales, nuestra vida con los hijos, revisamos nuestras relaciones interpersonales, revisamos nuestra relación con Dios, revisamos nuestra lectura de la palabra, revisamos a qué cosas han constituido nuestras pasiones, revisamos qué cosas están sentadas en el trono de mi corazón. Revisamos la Palabra, cuando tú revisas la Palabra en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, déjame darte una vista muy rápida, panorámicamente. Continuamente los profetas del Antiguo Testamento hicieron un llamado al pueblo de Dios sobre el cual se invocaba su Nombre, a regresar a sus caminos.

Alguien pudiera decir: «bueno, pero no estamos en ese tiempo» No, no estamos en ese tiempo. Pero en el Nuevo Testamento tu encuentras a Pablo instándolos a “desvestirnos del viejo hombre” que se supone que ya ocurrió el momento de mi conversión y “a vestirme del nuevo hombre”. Tú encuentras a Pablo cuando le dice a los Corintios “salid de en medio de ellos” de la cultura secular, pagana, pecaminosa en medio de la cual ellos se encontraban. Tú encuentras a Santiago en su epístola diciéndoles: “acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros”. El llamado es continuo, es el mismo. Tú encuentras a Pablo escribiéndole a los Gálatas y les dice: “no abandonen el verdadero evangelio, que no hay otro evangelio”. Tú encuentras a Juan escribiéndole a la iglesia de Éfeso en el libro de Apocalipsis diciendo: “tú has abandonado tu primer amor, regresa”. El mismo Juan le escribe a la iglesia de la Odisea, le dice: “no confíe en tu riqueza, tú crees que eres rica, en realidad tú eres pobre y miserable”. Tú encuentras a Pedro escribiéndole a aquellos que han sido esparcidos a que “permanezcan fieles en medio del fuego de la prueba que ha venido sobre ellos” primera carta. Pedro escribe una segunda carta y lo encuentras entonces exhortándolos a que no les crean a estos falsos maestros. Judas hace la misma cosa.

Tú puedes ver una y otra vez que hay un llamado continuo a regresar, al arrepentimiento, a no abandonar a Dios, a buscar a Dios, a buscar su rostro, a humillarnos. Si la iglesia de hoy se humillara a buscar el rostro de Dios, a orar, se volvieran de sus malos caminos, alguien pudiera decir: «bueno, entonces tenemos la garantía de que la tierra, la nación dónde está esa iglesia va a ser sanada» ¡No! esa es la parte de este texto que tenemos que recordar, que esto fue algo muy específico para la nación de Israel. No tenemos la garantía, pero si nosotros quisiéramos ver la mano de Dios sobre nosotros, no hay duda de que no hay otra forma de hacerlo que no sea llevando a cabo la misma fórmula.

La Biblia nos afirma vamos a tomar estos cuatro principios, y ahí voy cerrando; “si se humilla mi pueblo” ¿qué dice Dios en el Nuevo Testamento? yo me oponía en el Antiguo también, yo me opongo al orgulloso. Entonces ya en contre la aplicación “si se humilla mi pueblo”. Bueno, y ¿si no lo hago? Dios se opone a ti. Segundo, “y ora” Dios dice en el Nuevo Testamento, Santiago específicamente dice: “no tenéis porque no pedís, no tenéis porque no oran”. O sea, que, si mi pueblo no está orando, y eso es una enorme deficiencia en el pueblo de Dios hoy, no vas a tener lo que el pueblo mío me está pidiendo obtener. ¿qué más me dice el texto? me dice que yo debo “buscar su rostro” Santiago me dice: “acércate a Dios y Él se acercará a vosotros”. Si le está diciendo a ellos “acercaos a Dios” es porque no estaban cerca de Dios. De manera que ahí está el principio. Luego dice: “y se vuelven de sus malos caminos” y ¿qué es eso? es arrepentimiento. Saben, lo que Pedro les dice, cuando predica uno de sus famosos primeros sermones del libro de los Hechos “arrepentios y convertios para que tiempos de refrigerio vengan a vosotros” ¿Tú quieres tiempo de refrigerio? y Pedro en ese momento le estaba hablando a la nación judía, tú necesitas arrepentirte, y en este caso, convertirte; en el caso nuestro, si ya estamos convertidos, arrepentirnos, para que tiempo de refrigerio vengan sobre nosotros.

Tu encuentras los cuatro principios de Segunda de Crónicas 7:14 esparcido a todo lo largo del Nuevo Testamento, como una fórmula de buscar el favor de Dios. Y entonces, si Dios no sana la tierra, porque no es una promesa para una nación en particular hoy, pero yo estoy convencido que Dios visitaría por lo menos su iglesia, y haría cosas que nosotros estamos necesidad como iglesia de tener.

Como dije al principio, este es un mensaje difícil de traer en esta hora, porque requiere una dosis, por así decirlo, de llamado de atención y al mismo tiempo requiere una dosis de cierta consolación. La consolación está en el hecho de que, si Dios no sana tu nación, no hay duda de que Dios visitaría tu iglesia, mi iglesia, Su iglesia, quizás global, si esa iglesia responde adecuadamente ante estas circunstancias. Como lo hizo Josafat creyendo en la integridad del Nombre de Dios, y dice: «nos vamos a parar delante de Ti, porque tu nombre tu Nombre está sobre esta casa, está sobre nosotros». O como lo hizo Josué, cuando estaba convencido de que ellos habían pecado, le dice: «pero ¿qué vas a hacer Tú? este pueblo quiere erradicar nuestro nombre sobre la tierra, OK, lo entendemos, tienes razón para que Tú lo permitas, pero ¿qué vas a hacer Tú por tú gran Nombre?» y Dios escucho Josué y le volvió a dar la victoria. De manera que quiero dejarte con esta reflexión para el día de hoy, que tú puedas compartirla con otros, y que nosotros como iglesia podamos buscar a Dios en este tiempo, y que sea un tiempo extremadamente provechoso, de intimidad con el Señor de las pandemias.

jueves, 28 de noviembre de 2019

La venida del Señor y el hombre de pecado (segunda parte)- Pastor Miguel Núñez [Transcripción]







Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=oZDsm1BtCsc


Ve abrir la Palabra de Dios, o encender la Palabra de Dios según sea el caso, en la Segunda Epístola a los Tesalonicenses capítulo 2. En el día de hoy estamos haciendo la segunda parte de nuestro mensaje que comenzamos el domingo anterior. Y algunos recordarán que solamente cubrimos del versículo 1 al versículo 5. En el día de hoy estaremos cubriendo del versículo 6 al versículo 12. Sin embargo, como este es un texto que corresponde a una misma descripción de eventos finales, yo creo que es buena idea que podamos leer todo el texto del versículo 1 al 12. Y este es un texto que hemos titulado: la venida del Señor y el hombre de pecado, o el hombre de anarquía, como la Nueva Traducción Viviente lo tiene. Y esta es la segunda parte de un mensaje titulado de la misma manera.

“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, os rogamos, hermanos, que no seáis sacudidos fácilmente en vuestro modo de pensar, ni os alarméis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuya venida es conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron en la iniquidad” (2Ts 2:1-12 LBLA)


Ese es el texto, texto sobrio, un texto que necesita discernimiento, que necesita reflexión, que necesita aplicación, que necesita ser rumiado, un texto con el cual tú y yo no podemos simplemente irnos con una vista por encima de lo que la Palabra dice. Me voy a tomar unos minutos para volver atrás, a la semana pasada, de tal forma que les sirva de recordatorio a algunos, que les sirva de unión o de encaje si pudiéramos decir a otros, que quizás no escucharon el mensaje anterior, y para ampliar incluso algunas cosas dichas la semana anterior, e inmediatamente después conectarnos con el texto de hoy que comienza a partir del versículo 6. Pero en esencia lo que nosotros habíamos visto la semana anterior, es que la iglesia de Tesalónica se había confundido, y se había confundido porque una idea hereje había penetrado el seno de la iglesia, había conquistado las mentes y los corazones de los Tesalonicenses. Y esa idea había llegado hasta ellos de una forma, que ni Pablo sabía cómo fue, él dice en la primera parte: “yo no sé si fue por un espíritu, por algún maestro, alguna enseñanza nueva, o si fue por alguna carta que llegó hasta allá, diciéndose que era de nosotros”.

Pero de todas formas de la manera que haya sido, la consecuencia fue la misma, la iglesia fue inquietada, estaba ansiosa, y Pablo se vio la necesidad de volver a escribir para tranquilizar la iglesia. Y una de las cosas que él hizo para calmarlos fue tomar dos eventos grandes, de los tiempos finales, para decirles: esas dos cosas, aún no ha ocurrido, y estas dos cosas tienen que ocurrir antes de que la venida del Señor tenga lugar, de tal forma que la idea hereje, que el día del Señor ya vino, no es cierto. Y una de las formas cómo lo habrán de saber, es porque estos dos eventos que han de preceder su venida, aún no han tenido lugar, y aún no han tenido lugar en nosotros, quizás.

Con relación al primer evento dijimos que, nosotros estamos frente a la más grande apostasía de la iglesia en toda la historia, yo no sé si habrá una mayor, pero esta es la más grande que hemos tenido, que abarca los cinco continentes. Esa apostasía está marcada, por un lado, por el movimiento de la Súper-fe, con las grandes señales y prodigios de parte de falsos maestros, y falsos profetas, y falsos apóstoles, tipo Benny Hinn, Guillermo Maldonado, Cash Luna, y muchos otros que han ido acompañando al movimiento del evangelio de la prosperidad, que ha invadido todas las regiones de la tierra. Donde se encuentra Joel Austin, y muchos de sus seguidores, y donde está el canal Enlace y la gran mayoría de sus evangelistas y maestros presentados. La razón por la que el error y la mentira necesita ser mencionado por su nombre, es porque en medio de una lucha y una batalla por la verdad, el permanecer callado nos hace cómplices, y no es parte de la integridad. Porque una de las características de la integridad es la identificación pública con aquello que creemos en privado.

El otro movimiento apóstata más reciente, quizás, una revolución moral de los últimos 25 años, de la cual habla el 'New York Times' en esta semana pasada, en su primera página. Y donde ahora iglesias tradicionales como la anglicana, la episcopal han abrazado el movimiento LGBT o de homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales. Esta misma semana pasada un líder evangélico muy conocido en Estados Unidos, quien hace 20 años atrás nosotros escuchábamos, Tony Campola, acaba de salir a la luz diciendo que él también endosa el movimiento de: homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales. Un editor pasado de la revista Christianity Today, una de la revista más conocidas en Estados Unidos, su editor hasta el año 2012 está de acuerdo con Tony Campola. Hace poco una de las iglesias de la Convención Bautista Sureña de Estados Unidos fue expulsada de la convención, justamente por abrazar el matrimonio homosexual.

Nosotros estamos frente a tiempos muy difíciles, y al mismo tiempo que todo eso está ocurriendo nosotros en el sur global, que implica Latinoamérica, África y Asia, estamos viendo un nuevo mover del Espíritu de Dios, y al mismo tiempo, los vientos que vienen de todas estas regiones. De manera que, si pudiéramos usar en términos humanos, estamos midiendo fuerza. Pero si hay algo que nosotros sabemos es que la iglesia prevalecerá contra viento y marea, porque las puertas del Hades no prevalecerán jamás, contra la iglesia del Señor Jesucristo. Esta es su proclama, esa es su promesa.

La semana anterior hablamos del hombre de pecado, el hombre de anarquía, el hijo de perdición que Pablo identifica en esta carta, quién se va a exaltar sobre cualquier otro ser que se denomine dios, o cualquier otro objeto de culto, de manera que él reclamara una adoración exclusiva. Y si tú piensas que eso es mucho de ciencia ficción, solamente tiene que pensar en Adolfo Hitler, que no tiene mucho tiempo, quien reclamó lealtad exclusiva a su persona, y gracias a Dios que nunca se proclamó Dios, porque si lo hubiese hecho, eso es lo que hubiese reclamado. Aquellos de nosotros que leemos la Biblia y nos parecen algunas de estas cosas descritas para el tiempo futuro, como muy de ciencia ficción o fantásticas, necesita solamente leer más acerca de la historia de la civilización, para que tú puedas ver que muchas de las cosas no son tan fantásticas, y las que parecían muchas llegaron a darse y convertirse en realidad. Un solo hombre querer gobernar todo el mundo, casi lo logra, un solo hombre querer establecer un imperio que reine por mil años, casi lo logra. Tú dirías, bueno pero los mil años no habían transcurrido, es cierto, pero el imperio Otomano duró 800 años. De manera que estas cosas no son tan fantásticas como parecen.

El último versículo que leímos la semana anterior fue el versículo 5, y ahí entonces conectamos con nuestro texto hoy. Todo lo anterior solamente fue solamente introducción, del versículo 5 que dice “no os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto” “no recuerdan que estas son cosas enseñadas, habladas, quizás discutidas, preguntadas entre nosotros”. Y eso no es lo único que el apóstol Pablo les enseñó, hubo más cosas que no están aquí registradas. Pero sabemos que él por lo menos enseñó una cosa más, que yo daría lo que no tengo por así decirlo, para usar una expresión común, por haber sabido eso que los Tesalonicenses supieron, que nosotros hoy no sabemos con claridad. Pero está aquí en el texto, porque en el versículo 6 Pablo dice “y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo”.

Hay un anticristo, hay un hombre de perdición, un hijo de perdición, hombre de anarquía, que va a ser revelado pero que está siendo detenido, y los Tesalonicenses sabían lo que lo detenía, pero nosotros no sabemos, por lo menos a ciencia cierta. Pero Pablo le dice “vosotros sabéis qué es lo que lo detiene” obviamente él enseño estas cosas a ellos, y simplemente les está recordando aquello que ya ellos habían compartido. Si fuera por satanás probablemente ya lo hubiese hecho aparición en el escenario. Pero las cosas no se mueven conforme al calendario de satanás sino conforme al calendario de nuestro Dios. Gálatas 4:4 dice “que cuando la plenitud del tiempo llegó, Dios envió a su Hijo” a Cristo, y cuando la plenitud del tiempo llegue, Dios permitirá que este anticristo haga su aparición. Pero hay algo que lo detiene hasta ahora, que el apóstol Pablo dice a los Tesalonicenses “vosotros sabéis qué es”. Hubiese sido bueno que el apóstol Pablo hubiese dicho “y eso que lo detiene es tal cosa” pero de alguna manera Dios pensó que para nosotros era mejor vivir por fe y no por vista.

Pero como eso no está revelado, muchas han sido las especulaciones. Una más débiles, otra de más peso. Entre las más débiles algunos han pensado que eso que lo detiene, son los gobiernos humanos, porque la Palabra de Dios habla de que los gobiernos son un instrumento vengador, Romanos 13, para vengar lo mal hecho. Y si bien, es cierto que esa es la realidad, no es menos cierto que la mayoría no ha hecho su trabajo, no lo ha hecho bien, de tal manera que es imposible imaginarnos que estos gobiernos humanos son los que están deteniendo, el principio de iniquidad del cual habla Pablo en esta carta. Otros han pensado que es la predicación del evangelio. Pero nosotros sabemos que hay regiones enteras donde habitan millones, cientos de millones de personas donde el evangelio no se ha predicado, y el misterio de la iniquidad ahí no está siendo detenido, por el evangelio por lo menos. De manera que no creemos, junto con la mayoría de los académicos que esto pudieran ser las causas de la restricción.

Otros han pensado que es la iglesia, porque la iglesia es la luz del mundo, la sal de la tierra. La realidad es que este texto menciona primero algo que lo detiene, en el pronombre neutro en el original, como si fuera una fuerza. Pero luego habla de un “alguien” “aquel que lo detiene” es un ser, es una persona evidentemente, y por eso y otras razones pensamos que quizás la iglesia no sea ese agente restrictivo. De manera que nos quedamos con las dos posibilidades de mayor peso, de mayor asidero bíblico.

La primera, que de hecho es lo que postulan dos de los mejores comentarios exegéticos consultados, es que pudiera hacer el arcángel Miguel. Y antes que usted diga “¿Quién?” espere las explicaciones. Cuando tú hablas del libro de Daniel, tú te encuentras que entre en el capítulo 10 y el capítulo 12 de Daniel, hay una lucha angelical en la que participan por lo menos dos ángeles, cuatro ángeles, dos del reino de la luz, dos del reino de las tinieblas. En un momento dado, uno de esos ángeles de parte de Dios está viniendo a Daniel a traerle una respuesta a sus oraciones, pero hay un ángel caído que lo detiene en el camino por 21 días, eso está ahí en el libro de Daniel, hasta que en Miguel uno de los principales príncipes viene en su ayuda, en ayuda de ese ángel, y él puede terminar y traer el mensaje a Daniel, y él le dice a Daniel lo que yo acabo de decir. Por otro lado, en Daniel 12:1 Miguel es mencionado como el defensor de la nación de Israel. Un defensor para toda una nación.

En Judas 9 nosotros nos encontramos a Miguel contendiendo con satanás, nada más y nada menos que con satanás, disputándose el cuerpo de Moisés. Y el texto no nos dice la razón, pero se especula que quizás satanás hubiese querido el cuerpo de Moisés para tratar de producir una especie de idolatría, o de culto en medio del pueblo judío. Y ahí hay una declaración de que cuando Miguel luchaba con satanás por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir palabra ofensiva contra él, simplemente dijo “que el Señor te reprenda”. Y luego, quizás en uno de los pasajes más contundentes, a favor de esta posibilidad aparece en el libro de Apocalipsis, en el capítulo 12 donde se narra una lucha campal entre ángeles de Dios y ángeles de las tinieblas, y donde el texto culmina hablando de algo que parece ser el tiempo final, de tal forma que es posible que aquello que lo está deteniendo ciertamente pudiera ser, un agente de parte de Dios, y en este caso el arcángel Miguel.

Escucha lo que Apocalipsis 12 del 7 al 10 dice:

“Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón [ese es satanás]. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Y oí una gran voz en el cielo, que decía [escucha estas palabras]: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado” (LBLA)

Esto suena como tiempo final, dicho de una manera común, popular, finito ¡Caput! se acabó. Y entonces basado en razonamientos como estos, académicos han llegado a pensar, quizás es Miguel y aquellos ángeles que Dios puso a su cargo, como revela este texto que acabo de leer, quién lo está deteniendo. De hecho, en el libro de Apocalipsis nosotros oímos de cuatro ángeles que están en los cuatros puntos específicos de la tierra, cardinales de la tierra, y ellos son los que desatan las plagas sobre el planeta a la hora del juicio. De manera que el involucramiento de ángeles no sería algo descabellado.

Pero quizás lo que lo detiene ahora mismo es Dios, siempre será Dios, pero Dios a través de el Espíritu Santo de Dios mismo, que pudiera ser el agente restrictivo de la maldad, y al mismo tiempo de este inicuo, que satanás quisiera hacer aparecer en cualquier momento. Y la razón por la que se piensa eso es porque, por un lado, el Espíritu Santo fue enviado para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio, no solamente al creyente, al mundo incluso. Por otro lado, cuando Dios estaba a punto de enviar el diluvio, a punto de juzgar la tierra, cuando Dios vio que toda la maldad del hombre era mucha sobre la faz de la tierra, y que la intención de su corazón era siempre hacer solamente el mal, el libro del Génesis nos dice que Dios dijo “no contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre” como que el Espíritu Santo de Dios era el que estaba contendiendo con el hombre para siempre, y Dios decidió “yo no voy a seguir conteniendo con el” el juicio ya vendrá.

Por otro lado, también sabemos que Dios le dio a Sansón su Espíritu, pero llegó un momento donde Dios retiró su Espíritu, y cuando eso ocurrió Sansón quedó completamente debilitado. De manera que es posible que el Espíritu de Dios no solamente empodere al hombre, sino que también sea quien restrinja el pecado en el hombre y en el mundo. Y creemos que, de todas las opciones, y especulaciones que se han hecho, estas dos últimas quizás sean las más probables. Pero no queremos ser dogmáticos con ninguna de esas posiciones, y simplemente decir a la luz de lo que la Palabra revela, parecen estas dos posiciones las más bíblicamente congruentes.

Pero Pablo continúa revelando otras cosas acerca de este inicuo, y de este hombre de pecado. Escucha lo que él dice en el versículo 7 porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, solo que aquel que por ahora lo detiene Notaste “Aquel” eso es una persona sólo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que el mismo sea quitado del medio, esa persona, cuando ya sea quitada y entonces será revelado ese inicuo. Con estas palabras el apóstol Pablo nos dice que el misterio de la iniquidad no es algo futuro, es algo que ya está en acción, que está en operación, que ha estado en operación, de hecho, desde el jardín del Edén. Él le llama misterio, y les recuerdo porque creo que lo he dicho en otras ocasiones, esta es una palabra muy paulina “misterio” aparece 25 veces en el Nuevo Testamento, y 21 o 22 de esas 25 veces es usada por Pablo para referirse a una verdad que no estaba conocida, o revelada en el Antiguo Testamento, pero que ahora en el Nuevo Testamento si es conocida, o si es revelada.

Y pensando en eso, nosotros tenemos que recordar que los creyentes del Antiguo Testamento no tenían mucha idea de la guerra espiritual. De hecho, Job nunca supo qué fue lo que pasó detrás de los bastidores con su historia, y satanás quién fue el causante de todos sus males. Por lo menos no está registrado, que Job lo haya sabido. Pero en el Nuevo testamento nosotros sabemos que Pablo nos dice en efesios 6 que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, sino contra principados y potestades, y huestes, muchas, espirituales de maldad en las regiones celestiales. De manera que la lucha puede ser por nuestras mentes, por nuestros corazones, se puede dar a nivel de los humanos, pero al fin de cuentas quienes están gobernando y librando esa lucha, son huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales, que usan a los hombres, sistemas religiosos, sistema de falsedad, líderes humanos para llevar a cabo su lucha. Pero al fin no es, el fin de cuentas como decimos, no es contra carne ni sangre.

Ese misterio ha sido revelado, ya es conocido, y eso es como Pablo usa esa palabra. Pero por ahora hay algo que lo detiene, hasta que el mismo se ha quitado de en medio. Si es el Espíritu de Dios que está deteniendo el misterio de iniquidad, no pensamos que el Espíritu de Dios, que es omnipresente, pueda ser quitado completamente del planeta. Pero el Espíritu de Dios pudiera retirar su acción restrictiva sobre el hombre, o sobre la humanidad. Y nosotros sabemos que cosas así probablemente han pasado, si Dios es omnipresente Dios estará siempre presente, pero Él puede eliminar, quitar de en medio su poder restrictivo. Si tú piensas por un momento en Faraón, cuyo corazón fue endurecido, de qué manera, endurecido por Dios, valga la aclaración, de qué manera Dios puede endurecer el corazón de un Faraón, sin que Dios sea autor de pecado como dice Santiago que Dios nunca es autor de pecado. Y lo que teológicamente entendemos es que la forma como Dios hizo eso, y hace eso es simplemente quitando el poder de restricción, o la acción de convicción del Espíritu Santo que fue enviado al mundo, justamente para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. Si Dios quita eso sobre una persona, esa persona se vuelve como un Faraón. Si Dios quita eso sobre la humanidad, esa humanidad entonces quedaría con un corazón también endurecido.

Recuerda esta frase, para luego leerte un texto de Romanos 1, esa humanidad quedaría con un corazón endurecido, a la expensa del pecado de la carne. Yo creo que cuando tú revisas los textos de la Palabra, tratando de buscar un texto que pueda reflejar de una manera más o menos clara, sí es cierto que Dios quita el poder restrictivo que Él ejerce sobre los hombres, y número dos, tratando de encontrar un texto que quizás revele las consecuencias del retiro de la acción restrictiva de Dios, ningún otro texto lo hace mejor que Romanos 1. Y yo creo que este es un texto muy oportuno en vista de lo que estamos viviendo hoy en día, Romanos 1 comenzando en el versículo 24 hasta el 32, aquel que tenga oídos que oiga, y que Dios nos de sensibilidad leer este texto, para poder aquilatar el peso de sus palabras. Yo nunca he leído este texto sin ser profundamente afectado, entristecido, compungido, y esta mañana no es una excepción, por el peso de lo que Dios revela. Romanos 1 versículo 24 al 32:

Por consiguiente, esto es una conclusión, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, número 1, primera vez en el texto que Dios dice que Él los entrego, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. Versículo 26, Por esta razón Dios los entregó, segunda vez, a pasiones degradantes; porque sus mujeres cambiaron la función natural por la que es contra la naturaleza; y de la misma manera también los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su extravío. Versículo 28, Y como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó, tercera vez, a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no convienen; estando llenos de toda injusticia, maldad, avaricia y malicia; colmados de envidia, homicidios, pleitos, engaños y malignidad; son chismosos, detractores, aborrecedores de Dios, insolentes, soberbios, jactanciosos, inventores de lo malo, desobedientes a los padres, sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.

Ahí están las leyes aprobando aquellos que la practican, cómo están siendo cambiadas las leyes hoy, esto es como luce una persona, una población, una generación, un tiempo, un continente, una ciudad, no sé cómo Dios hace eso, pero depende, cuando Dios quita su poder restrictivo ¿Qué ocurrirá entonces, cuando el Señor quite su poder restrictivo? no estamos en ignorancia, versículo 8 lo dice: y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida. El anticristo a quien Daniel describe como un insolente, aparecerá en el escenario, y el Señor en su tiempo lo destruirá, pero en el ínterin, antes de que esa destrucción ocurra, él tendrá libre albedrío para moverse en el planeta tierra, por un periodo de tiempo determinado por Dios, hasta que eventualmente a la venida del Señor, él mismo se encarga de destruirlo con el resplandor de su venida, como dice el tiempo. Llegará un momento cuando Dios diga no más, pero mientras tanto él estará con libertad de acción.

El apóstol Pablo no nos da todos los detalles, no nos da toda la cronología, pero nos da algunas informaciones importantes, y por tanto yo quiero decirte, sobre todo en este momento de la historia, en este momento del texto, aquel que tenga oídos que oiga, lo que el Espíritu de Dios tiene que decir a la iglesia por medio de su Palabra. Este es un personaje calificado como inicuo, cruel, malvado, pero escucha como viene, cuya venida es conforme a la actividad de satanás, en otras palabras, él viene a hacer la voluntad de satanás. Es interesante que cuando la segunda persona de la trinidad, Jesús se encarnó, cuando Él se hizo hombre, un hombre de carne y hueso, la segunda persona encarnada, Él vino para hacer la voluntad del Padre. Y ahora el anticristo que no puede ser una encarnación de satanás, pero sí puede ser una posesión de satanás, también es un hombre y ese hombre está aquí para hacer también la voluntad de su padre, que es satanás. Él es el padre de toda mentira dice la Palabra. Dios tuvo un hombre, su Hijo, satanás tendrá un hombre, su posesión.

Entonces, ahora sabemos por la Palabra de Dios, que este hombre será un inicuo, sabemos que viene conforme a la actividad de satanás, y sabemos que viene con todo poder, y señales y prodigios mentirosos. El texto no dice que él viene con poder, él viene con todo poder, y señales y prodigios mentirosos. Las señales son reales, no son falsos milagros, son reales, pero son mentirosos porque no apuntan a la persona de Jesús, porque no apuntan a la Verdad, sino que apuntan a algo que parece ser la verdad, pero que al final te lleva a la destrucción. Las señales son mentirosas porque no vienen de parte de Dios, aunque parecen de parte de Dios. No podemos olvidar la historia bíblica, como los magos de Egipto duplicaron algunos de los milagros de Moisés, hasta un punto, llegó un punto, un momento en que ya no pudieron ir más allá.

Nosotros tenemos que recordar que hoy en día hay múltiples falsos apóstoles, haciendo supuestos grandes milagros. Pero la realidad es que cuando tú analizas sus ministerios, estos grandes apóstoles han llevado a un culto a la personalidad, y no a la persona de Jesús, por tanto, son prodigios también mentirosos. Los milagros, que supuestamente los santos hacen, no llevan a una adoración de Jesús, sino a una adoración de esas estatuas, que les representan, que el hombre hace, y a quienes el hombre adora. Los milagros atribuidos a la virgen no llevan a la adoración de Jesús, llevan a la oración de ella. Algo que tanto ella como los santos, si pudieran hablar estarían negando y repudiando. Ese inicuo llamado anticristo por Juan, llamado insolente por Daniel, llamado hijo de perdición por Pablo, es un hombre malvado, sabemos eso, es un hombre que viene a hacer la voluntad de satanás, es un hombre que viene con poder, señales y prodigios, y sabemos algo más, viene con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.

No dice que viene con engaño, viene con todo engaño, y yo no sé todo lo que eso pudiera implicar, pero yo me imagino que, si viene con todo tipo de engaño, él viene y engañará al enseñar, él viene y engañará al prometer, él viene y engañará con su apariencia, él viene y engañará con sus promesas, él viene y engañará con sus obras de señales y prodigios, él viene y engañará a la aconsejar. Pero eso no debe extrañarnos, Cristo hablo de eso, un lenguaje distinto, pero extremadamente similar en Marcos 13:22 hablando de los últimos tiempos, Él dice que se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible a los escogidos. Cristo dijo: vienen falsos cristos, y vienen con señales y prodigios, con la finalidad expresa de extraviar a los escogidos de Dios, si eso fuera posible. No lo será, simplemente a la intervención de Dios en su gracia que lo evitará, pero de ser posible, él tiene la sabiduría, la astucia, la malicia para hacer caer aún a los escogidos de Dios ¡Tanta! habilidad tiene, que satanás fue al desierto pensando, que quizás podría hacer caer, nada más y nada menos, que a la Segunda persona de la Trinidad en el desierto. Te imaginas hasta donde él cree que tiene astucia, y la tiene. Y nosotros necesitamos recordar eso.

Ahora, por favor no me diga “pastor, yo tengo muchos años ya en la fe, mucha experiencia, a mí no me engañan fácilmente” porque eso sería una evidencia de cuan engañado estás. Una vez satanás engañó a Adán, el hombre más sabio, aunque la palabra no lo califique así, pero era el hombre prototipo hecho por Dios, sin una naturaleza pecadora, una vez satanás fue capaz de engañar, de la forma tan fácil como hemos venido hablando en mensajes anteriores, entonces todo el mundo puede ser engañado, y de una forma fácil. Cristo predijo los falsos maestros, lo mismo que Pablo hace aquí. La pregunta es, Cristo dijo estas señales y prodigios serían capaces de engañar aun a los elegidos, pero no será posible, entonces la pregunta es, se la vamos a hacer a este texto ¿A quienes engañará ese anticristo? el texto lo dice: a los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Engañará a los que se pierden porque no recibieron, versículo 10, el amor de la verdad.

La Nueva Traducción Viviente, la cito porque es una buena traducción, pero con un lenguaje que muchas veces al hombre, que está menos estudiado le permite entender con facilidad, de una manera fidedigna las verdades que están tratando de ser transmitidas. Y aquí en el versículo 10, esto es como la Nueva Traducción Viviente la tiene, porque se niegan a amar y aceptar la verdad que los salvaría, por eso se pierden, porque se niegan a amar y aceptar la verdad que los salvaría. Ese hombre de pecado o hijo de perdición, va a engañar a un grupo, y ese grupo no va a ser pequeño, muchos son los llamados, pocos los escogidos. pero este grupo grande que va a ser engañado, va a ser engañado, porque no recibieron el amor de la verdad, o la verdad que los podía salvar.

Cuando Pablo habla del amor de la verdad, la palabra ahí “verdad” es sinónima del Evangelio, y la razón por la que sabemos esto es por varias razones. Pero no es infrecuente que el apóstol Pablo use la palabra “verdad” como sinónimo de Evangelio. Tú ves eso en Segunda de Corintios 4:2, en 13:8, en Gálatas 2:5, en Gálatas 5:7 y en múltiples otros pasajes. Pero, por otro lado, la única verdad que puede salvar al hombre es el Evangelio, por tanto, si esta gente está siendo condenadas porque no recibieron el amor de la verdad, o la verdad con amor, independientemente de cuál traducción tengamos, si esa es la razón, entonces es el amor por el Evangelio.

Ahora es interesante, y es sobrio a la vez, que cuando el apóstol Pablo piensa en su perdición, él no dice que esta gente se está perdiendo porque no fueron elegidos por Dios, él no pone el peso de esa perdición sobre los hombros de Dios, sino que él pone ese peso sobre los hombros de los hombres, que no amaron la verdad. Hemos dicho múltiples veces que la Biblia presenta de principio a fin una tensión, que nosotros no sabemos cómo resolver, y es la tensión entre la soberanía de Dios, que hace una cosa, y la responsabilidad del hombre que le toca hacer otra cosa. Dios hace la elección, la Palabra declara eso, y al mismo tiempo dice: pero cuando estos hombres se condenan, se condenan porque la responsabilidad caía sobre ellos, y ellos no respondieron a el Evangelio, con amor. Eso es consistente con Romanos 1:24, porque Romanos 1:24 que ya leímos, dice: que los hombres cambiaron la verdad de Dios por la mentira.

Este es el comienzo de todo el problema en el que nosotros nos encontramos, es el cambio, el intercambio de la verdad por la mentira, la mentira tratando de reemplazar el lugar, o tomar el lugar de la verdad. Eso comenzó en el jardín del Edén, y esas dos palabras; verdad y mentira, son dos palabras claves a lo largo de toda la revelación de la Biblia para entender, todo lo que la Biblia tiene que decir. Dos palabras, dos sombrillas. Sin este entendimiento de una y de la otra, nosotros no podemos entender la revelación de la Palabra. Cristo es la Verdad, satanás es el padre de mentira. y aquí en este texto se nos dice que él viene con prodigios engañosos y prodigios mentirosos. Pero él viene con prodigios mentirosos, capaz de engañar, ahí está la palabra “mentira”, prodigios mentirosos, pero hay un grupo grande que se está perdiendo y se está condenando, porque no amaron la Verdad; Verdad y mentira. Esa es la lucha continuamente.

Dios hablo la verdad a Adán y Eva en el jardín del Edén, satanás vino y le robó la verdad, y le vendió una mentira. Los profetas de Dios profetizaron en el Antiguo Testamento siempre la verdad, y los falsos profetas profetizaron siempre la mentira. El pueblo siempre prefirió la mentira sobre la verdad. Isaías dice que en un momento dado el pueblo decía, o Dios dice a través de Isaías en un momento que el pueblo decía: “profetízanos ilusiones, no nos diga la verdad”. Y Dios dice: “lo peor de todo es que a mi pueblo, así le gusta a mi pueblo”. No es muy distinto hoy en día. Cuando Jeremías le tocó profetizar, el pueblo fue donde Jeremías y le dice: “ve donde Dios, ve donde el Señor, y dile al Señor que nosotros queremos saber lo que debemos hacer, y Jeremías te prometemos que vamos a obedecer todo lo que tu digas, palabra por palabra, todo lo que el Señor diga a través de ti, palabra por palabra”. Jeremías dice: “no, no voy a ir, porque ustedes no escucharán”No, no, no, nosotros vamos a escuchar” “OK voy”. Jeremías va donde el Señor y regresa y les dice: “dice el Señor que no se vayan para Egipto” “No, no, te vamos escuchar, tú lo que quieres es que perezcamos aquí, vámonos para Egipto”. Así enseñó el falso profeta al pueblo.

El Señor Jesús entró al Jordán, escucho la verdad: “Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” sale del Jordán, se va al desierto, y allí escucha las mentiras de satanás en todas sus tentaciones. Esa es la lucha. Y hoy en día, en esta mañana hay miles de pulpitos de donde se está proclamando la verdad, pero hay miles de pulpitos donde se están proclamando la mentira. Y ¿Dónde tú piensas que abunda la población? en los púlpitos donde se predica la mentira. Por eso dice el texto que él viene con todo poder, y señales y prodigios mentirosos. Escuchaste la palabra “Mentirosos”. Ahora, el hecho de que esas personas no hayan recibido el Evangelio, el amor de la Verdad, no hayan recibido eso, hace que Dios reaccione. Yo decía más temprano, que Dios no se para contemplar el planeta y dice: qué pena que no recibieron la verdad. No, la ira de Dios se rebela contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que suprimen la verdad, dice Romanos 1:18. Y en este texto dice que Dios reaccionó al hecho de que el hombre suprimió la verdad, y escucha la reacción de Dios, porque la reacción de Dios es sobria, es severa, y es extraña para nosotros, versículo 11, por esto Dios les enviará un poder engañoso, Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.

Hermanos, a estos dos versículos le vamos a hacer cinco preguntas, y yo te prometo que voy a responder todas las preguntas citando palabras del versículo, sin agregarla absolutamente nada, de tal forma que tú puedas obtener solamente lo que los versículos dicen. Pregunta número 1 ¿Quién es la persona que les envía un poder engañoso? Dios, cité. [Pregunta número 2] ¿Cuál es el propósito de esa acción, de parte de Dios? Cito: para que crean en la mentira. Pregunta número 3 ¿Cuál es la finalidad de que crean en la mentira? Cito: a fin de que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad. Pregunta número 4 ¿Por qué hizo Dios eso? Porque, cito: no creyeron en la verdad. Pregunta número 5, si no amaron la verdad, ni la recibieron ¿Qué hicieron? se complacieron en la iniquidad.

Hermanos yo no sé, si tú sientes el peso de lo que yo he sentido al reflexionar sobre este pasaje, y al predicarlo, yo no sé si tú lo sientes. Pero aquí hay un peso de juicio ¡enorme!, con consecuencias ¡eternas! para ¡millones! de personas. Algunas pudieran estar aquí hermanos, nosotros no somos la excepción. En la iglesia de Tesalónica, era una buena iglesia, hubo gente que escuchó el evangelio, hubo gente que recibió al evangelio, hubo gente que propagó el evangelio, a esa iglesia Pablo le dice: que hay gente que no ha amado la verdad, aquí en Tesalónica. Hermanos no recibir el Evangelio no es lo mismo que no recibir mis opiniones, no recibir la verdad de Dios no es lo mismo que no recibir mis recomendaciones médicas. Porque en el peor de los casos, quizás usted pierda su vida física, si no sigue las recomendaciones médicas, en este caso el rechazar la Verdad de Dios te lleva a la muerte espiritual y eterna.

De manera que nosotros necesitamos amor por la verdad, porque es en la Verdad que está arraigada mi fe, no es en las señales y prodigios. Cristo dijo claramente: dichosos, felices, bienaventurados los que creen sin haber visto. Cuando tú revisas la historia bíblica, tú encuentras que hay tres grandes épocas de milagros. Hay una época de milagros en el tiempo de Moisés, para confirmar a Moisés como el mensajero de Dios ante faraón, y confirmar a Moisés como el mensajero de Dios delante del pueblo de Dios, en el desierto cuando el pueblo no quería creer, y no quería obedecer a Moisés. Hay una segunda época de milagros en la época de Elías y de Elíseo, cuando Dios hace milagro para confirmar a estos hombres, y en particular a Elías, quien un momento dado dice: nos vamos al monte Carmelo, y ahí en el monte Carmelo, vamos a ver quién es Dios. Y entonces él hace llover fuego del cielo, conforme a las instrucciones del Señor. Ese día se supo quién era Dios, Elías quedó confirmado, 450 profetas de Baal fueron degollados. Otra gran época de milagros, en la época de Cristo y los apóstoles.

Fuera de esas épocas hubo milagros, pero escaseaban, porque la razón del milagro es confirmar el mensaje y/o el mensajero. Nunca la razón del milagro ha sido maravillar la gente, nunca el milagro se ha hecho para yo quitarme un saco, y comenzar a dar sacazos, y tumbar gente, y soplar gente, como hemos visto a Benny Hinn hacer, maravillar a aquellos que están ¡uh! en él. La palabra era predicada, una verdad era anunciada, y el milagro apuntaba entonces, hacia esa verdad. Cuando Cristo sana el paralítico ¿Qué es lo que él hace? cuando le bajan el paralítico por el techo, Él le dice: tus pecados te son perdonados. Y entonces la cuestionan, dicen ¿Quién eres tú para perdonar pecados? solamente Dios puede perdonar pecados ¿Que él hace para ser confirmado? un milagro ¿Qué es más fácil decirle? ¿Levántate, tus pecados te son perdonados, o levántate y anda?  pues levántate y anda. El milagro confirma el mensaje, o el mensajero ¿Por qué es que Nicodemo viene donde Jesús de noche y le dice: Señor sabemos qué tú vienes de Dios, porque nadie puede hacer las cosas que tú haces si Dios no está con él?

Pero sabes que, va a llegar al momento, o déjame echar un momento hacia atrás para finalizar con ese punto, Juan el bautista, el pueblo lo tenía por profeta dice la Palabra de Dios, y en la misma Palabra Dios dice que no ha hecho ni una sola señal, claro Juan no lo necesitaba, él era tenido por profeta, no había que confirmarlo, él estaba confirmado. Satanás conoce eso ¿Sabe que él va a hacer? Va a traer a su anticristo con señales y prodigios, cuando la gente los vea concluirá, como Nicodemo, lo único que en este caso erróneamente: Nadie puede hacer las cosas que él hace si Dios no está con él, este hombre es de Dios. Y muchos le creerán, probablemente algunos le denunciaran, yo pienso que sí, Dios nunca ha dejado a su pueblo sin guianza, o sin voz profética. Algunos le denunciaran.

Pero posiblemente ocurra lo que ocurrió justamente antes de la segunda guerra mundial. cuando Winston Churchill le decía al parlamento inglés, que a Hitler había que pararlo, al precio que fuera, y todo el parlamento inglés votó en contra de él. Porque según el parlamento Hitler no tenía las intenciones que Winston Churchill decía que él tenía. Hasta que la historia comprobó todas y cada una de las intenciones anunciadas por Churchill. Y lamentablemente, posiblemente algo similar ocurra.

Hermanos hay una razón divina por la que nosotros no seremos desviados, y es la gracia de Dios que nos hace perseverar en el camino. Pero hay una responsabilidad humana, como ya veníamos mencionando, a nosotros nos toca llenar. Y si tú no quieres ser engañado hay una sola cosa que tú necesitas hacer, y es que tú necesitas abrazar la verdad, y esa verdad en la Palabra de Dios, en su revelación está descrita de dos maneras; es la revelación de Dios en la verdad escrita, y es la revelación de Dios en la palabra encarnada. Está la verdad escrita, y está la palabra encarnada, o la verdad encarnada en la persona de Jesús. Si tú no quieres ser engañado tú necesita abrazar y amar la verdad en esas dos representaciones; la verdad escrita, y la verdad encarnada en la persona de Jesús. Y por tanto cada uno de nosotros, si no quiere ser confundido o condenado, necesita amar la verdad, buscar la verdad, elegir la verdad, vivir por la verdad, caminar en la verdad, obedecer en la verdad, hablar la verdad, trabajar por la verdad, ser guiado por la verdad, ser fiel a la verdad, manejar con precisión la palabra de verdad.

Cristo dijo: Yo Soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es a través de mí, nadie va al Padre si no es otra vez de mí, Yo Soy ese camino, esa verdad, Yo Soy la verdad que tiene que ser creída, Yo Soy la verdad que tiene que ser vivida, Yo Soy el camino que tiene que ser andado, Yo Soy el camino la verdad y la vida que tiene que ser probada, saliendo de la muerte espiritual del hombre.


La Palabra de Dios ha hablado hoy, si tú has escuchado la voz del Espíritu de Dios no lo resistas. Que Dios sea tu visión, que tus ojos estén fijos en Él, una vez más lo decimos: el Autor y Consumador de nuestra fe. Que tú no seas apartado de la verdad, engañado por la mentira, y que tú puedas ser un bastión de verdad en el lugar donde Dios te coloque, para la gloria de su Nombre y la gloria de su Hijo. Que Dios bendiga su Palabra.