Cuando me han preguntado cual es mi posición frente a la política, les he comentado que cualquier persona como ciudadano puede aspirar a ser elegido a cargos públicos, pero como cristiano no deberíamos buscar estas aspiraciones, lo digo porque el terreno de la política es como la arena movediza, que fácilmente hace hundir las buenas intenciones de las personas, y por lo tanto terminar buscando su beneficio personal y económico. He visto varios casos donde se le hace proselitismo político a algún candidato dentro de la misma iglesia, y como después de ser elegido y de transcurrir algunos meses o años, las cosas cambian.
Respecto a lo anterior el Dr. Armando Alducin menciona lo siguiente;
El poder corrompe, el poder total corrompe absolutamente” algo le pasa al ser humano cuando llega ser diputado, senador, magistrado, juez o lo que sea que comenzamos, las alturas nos marean y comenzamos a sentir algo, que hasta de su mamá se olvidan, se olvidan de su esposa, y llegan a ser gobernantes y con un bonito matrimonio, pero en el momento en que se le da poder al ser humano, ese poder se convierte en la tentación más grande de una persona, porque parece que no podemos nosotros controlar o dominar el poder”[1]
Como podemos ver las personas no saben manejar el poder, ni nunca lo sabrán, porque cuando se les da algo de autoridad e importancia, la tendencia es hacia el orgullo, la autosuficiencia, y la búsqueda del beneficio personal. Esta corta historia sucedió en la vida real; un candidato cristiano a la alcaldía del pueblo donde soy natal, y para el cual trabajaron muy fuertemente dos de mis hermanas, al ganar las elecciones y quedar como alcalde, un día le solicitaron una entrevista y no tuvo vergüenza de decirles ¿Qué quien eran ellas?, al parecer le había dado amnesia porque supuestamente ni de los nombres se acordaba.
Por otra parte antes que los judíos pidieran un rey, para que los gobernara y le pagaran diversos tributos, existían los jueces, no eran personas a las que se les debía rendir pleitesía, sino más bien líderes que Dios dirigía para defender a Israel de los enemigos. En el periodo de los jueces existía una teocracia, donde los líderes eran elegidos y dirigidos por Dios, y no una monarquía hereditaria como sucedió con los reyes. El pretexto que usaron los judíos para pedir un rey como las otras naciones fue que los jueces de ese momento (hijos de Samuel) “se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho” (1 S. 8:3) pero esto se debía principalmente a que no habían sido elegidos por Dios, sino por el mismo Samuel (1 S. 8:1-22).
Ante la insistencia del pueblo judío de tener su propio rey, Dios les advirtió las consecuencias de esta decisión. Esto se conoce como la voluntad permisiva de Dios, ante tanta insistencia de una persona por algo, finalmente Dios lo permite, sin embargo esto no significa que Dios haya cambiado de parecer, Él les advierte lo que les va suceder, para que después no intenten culparlo. Finalmente Dios les permitió que tuvieran su rey, pero no era la voluntad directiva de Dios, la cual era mediante los jueces.
Dios nunca estuvo de acuerdo con este sistema de gobierno monárquico, en el que se alzara a un hombre como máximo soberano. Y ahora al tratar de hacer un paralelo con la política actual y los sistemas de gobiernos vigentes, y quizás al no tener figuras monárquicas que nos gobiernen, no podemos olvidar las palabras del Señor Jesús en el cual se ve claramente que la voluntad directiva de Dios, no es que alguien se levante sobre los demás;
Entonces Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones las dominan, y los poderosos les imponen su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Más bien, aquel de ustedes que quiera hacerse grande será su servidor; y aquel de ustedes que quiera ser el primero, será su esclavo. Imiten al Hijo del Hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.»[2]
También los candidatos cristianos tratan de hacer creíble la idea que si hay gente honesta y con valores en el poder entonces la sociedad va a cambiar, pero como vemos en el ejemplo de Israel, era el pueblo el que se apartaba de Dios, y Dios los castigaba para que se arrepintieran, pero jamás que colocándoles un gobernador las cosas iban a cambiar, hasta que el pueblo no se arrepentía y buscaba a Dios.
Ahora pasemos a considerar la evidencia objetiva de las escrituras y el resultado de los reyes en Israel y Judá, y como el final de estos puede el ser de muchos gobernantes “cristianos” que entran en un lugar no autorizado por Dios.
Fuente: Autor con base en el Compendio Manual de la Biblia, Henry H. Halley. Págs. 180 – 181.
INTERPRETACIÓN
En esta tabla se observa en primer lugar dos reinos (Israel y Judá), estos fueron producto de la división después de la muerte de Salomón. El reino del norte o Israel (Grupo A) tuvo su inicio con un gobernante elegido por el pueblo, Jeroboam (1 R. 12) y el cual termino levantando becerros de oro, para que la gente de Israel lo adorara, y también ordenó sacerdotes. Todo esto era abominable delante de Dios, y de esta forma vemos que el 100% o los 19 reyes terminaron ofendiendo a Dios, principalmente con la idolatría, hasta su destrucción unos 200 años después.
En el reino del Sur, o Judá (Grupo B) el cual a pesar de seguir la voluntad (permisiva) de Dios, los finales de estos gobernantes no fueron muy buenos, porque solo un escaso 40% termino más o menos bien, y el 60% al igual que sus homólogos del Norte terminaron mal, ofendiendo a Dios, y no pudiendo durar algo más de 300 años.
Al considerar el total de los 39 reyes de Israel y Judá se observa que el 79% de los reyes terminaron mal, y que solo el 21% finalizaron más o menos. En esta perspectiva podemos entender mejor porque Dios no estaba de acuerdo con el sistema de gobierno monárquico, pues la tendencia de estos gobernantes era a seguir su propia voluntad, e ignorar los consejos y ordenes de Dios.
CONCLUSIONES
Son altas las probabilidades de que una persona al ser gobernante termine apartándose del camino de Dios, y siguiendo su propia voluntad, o la de sus consejeros. La principal causa de esta tendencia no se debe totalmente a factores externos, o en las condiciones que rodeen el gobernante, sino principalmente en la reacción que tiene el corazón de la persona cuando es sometido a la radioactividad del poder. No en vano el señor Jesús nos dejó ejemplo de servicio, y no de ser servidos (Mt. 20:27-28), y esto pero por lo general no les queda fácil a los gobernantes, pues gozan de privilegios que va por encima de cualquier ciudadano, lo cual es el ambiente propicio sumado a su naturaleza, para que germine su orgullo y búsqueda del beneficio personal.
El principal problema de que cristianos aspiren cargos públicos no es que no sean verdaderos cristianos, y que vayan con buenos propósitos, sino que entraran a hacer parte de un sistema corrupto, es decir donde existen muchos intereses y actores aparte del gobernante, que tarde o temprano le harán doblegar sus buenas intenciones. Sumado a esto también se encuentra el hecho de que en los sistemas de gobierno democráticos, el gobernante no es que él toma las decisiones finales, sino que siempre debe depender de otros, y los cuales no siempre tienen las mismas intenciones.
También muchos de los candidatos cristianos, supuestamente bajo la voluntad de Dios se lanzan al ruedo político, y tratan de justificar esto diciendo que la voluntad de Dios es que sus hijos estén en el poder, quizás estás ideas parezcan algo creíbles, pero carentes de sustento bíblico, porque aunque estamos en naciones con sistemas de gobierno democráticos, donde elegimos nuestros gobernantes, sin embargo el sistema democrático no es más que una golosina y engaño para el pueblo de parte de aquellos que realmente tienen el poder, y toman las decisiones. Además la democracia actual encaja mejor en la siguiente afirmación:
Tomo la idea de la democracia y la convirtió en un paliativo[3], la convirtió en dar a la gente un tipo de medicamento para hacerles felices, y que pueda responder a un dolor inmediato o un viaje inmediato, pero sin alterar las consecuencias objetivas que las causan. (…) la democracia realmente, la idea de la democracia en su origen trataba de cambiar las relaciones del poder que habían gobernado el mundo durante tanto tiempo, y el concepto de democracia de Bernays era el de mantener esas relaciones de poder, incluso si ello significaba que fuera necesario sobre-estimular las vidas psicológicas de la gente, de hecho, en su mente eso era lo necesario. Pero si puedes seguir estimulando el YO irracional, los dirigentes básicamente pueden seguir haciendo lo que quieran” [4]
El tema político dentro de la iglesia no debería ser un tema de importancia, ni mucho menos mezclarse con su misión real en esta tierra, pues el único propósito es el de proclamar la verdad de Cristo, el evangelio de la Cruz, ya que el verdadero problema del mundo se llama PECADO, y solo Cristo ofrece esperanza al pecador. Y como nos revelan las Sagradas Escrituras, para el final de los tiempos las sociedades se hundirán más y más en el pecado, por lo tanto cada vez más inmoralidad, corrupción, y lo peor, aborrecimiento de Dios, y de nada servirán los gobiernos humanos. Y como dijo el Señor Jesús “Dad al Cesar, lo que es del Cesar, y a Dios, lo que es de Dios”, donde podríamos afirmar que a una lado debe estar la política, y los gobiernos humanos, y a otro lado los asuntos de Dios, su iglesia, su evangelio, pero no revueltos.
Finalmente como sucedió con el pueblo de Israel, no podemos estorbar que cualquier hermano se lance al ruedo político, pero ya sabe a qué se enfrenta, lo único que deberían hacer es no utilizar a los hermanos en las iglesias para ganar votos fácilmente, con la falacia que Dios quiere levantar gobernantes de las iglesias, y que por lo tanto la iglesia debe apoyarlos. Como lo mencionaba anteriormente, como ciudadano está en todo su derecho de aspirar a cargos públicos, pero como sucede con los funcionarios públicos, si quieren ser candidatos deben renunciar a su cargo anterior, de igual forma aquellos que vienen trabajando como pastores o líderes, deben abandonar sus cargos, y trabajar desde cero, y no pretender usar sus influencias.
Les recomiendo la predicación escrita “La política y la Biblia”, la que pueden leer aquí. Y espero sus comentarios, y argumentos en el caso de no estar de acuerdo.
[2] Mateo 20:25-28 Reina Valera Contemporánea (RVC)
[3] Sustancia o procedimiento que sirve para mitigar las molestias de una enfermedad, pero sin que se altere su proceso, ni se obtenga la cura; por ejemplo, paliar el dolor en pacientes con cáncer terminal.
[4] Documental “El Siglo del Yo” Maquinas de Felicidad (1 parte), http://youtu.be/LGn4YoR7kiw
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