lunes, 14 de diciembre de 2015

Una vida sin concesiones - John Macarthur - [Transcripción] 3 de 4





Una vida sin concesiones

Escritura: Daniel 1:1-8

Código: 27-03

John MacArthur

Cualquiera sea el caso, este hombre Aspenaz era el jefe de estas personas asociadas con el rey, que le servían. A este hombre importante, que tiene un cargo de poder, se le ordena que junte a estos jóvenes. Al menos unos 50 a 75, un grupo grande. Hijos de Israel. Lo cual no significa el reino del norte, porque para entonces, algunos de los del norte habían emigrado al sur de las diez tribus antes del holocausto en el norte, por lo que toda Judá realmente incluía a la semilla de Israel. Algunos hijos de Israel, quienes son las semillas de los reyes y príncipes.Familia real y noble. Él quería los mejores rehenes para asegurarse que Joacim no haría nada que no debiera.

Segundo, Nabucodonosor también quería entrenar a estos jóvenes en su corte, en su palacio para asistirlo en la administración de los asuntos judíos; ya que había decidido convertir a Judá en un estado vasallo de Babilonia. Él capturaría al mundo. Y debería saber cómo manejar a este pueblo judío. Y por eso quería a muchachos judíos bien entrenados, para transformarlos en caldeos. Con un pasado judío y podría usarlos en las manipulaciones necesarias para administrar su mandato entre los judíos.

El versículo 4 dice que ellos serían no sólo la semilla del rey, nobles de la corte, sino también jóvenes –yeladim en hebreo. Un término difícil de definir. Pero la mayoría de los comentadores concuerdan que deberían tener no más de 17 años. Probablemente no más de 13 ó 14. Daniel es en este momento un joven, un adolescente. Sabemos que 70 años después él aún manda. Aún lidera en Babilonia. Son muchachos jóvenes, de entre 13 y 17 años. Es probable que Daniel tuviera entre 14 o 15 años. Tan solo un niño. No se olviden de este maravilloso pensamiento.

Platón dice que la educación de los jóvenes en Persia comenzaba a los 14 y finalizaba a los 17. Quizás las costumbres babilónicas eran similares. Por lo tanto, ese era el período de entrenamiento para convertir a estos niños judíos en caldeos.

¿Qué tipo de jóvenes querían? Versículo 4: “en quienes no hubiese tacha alguna”. La palabra en hebrero es muwm, que significa una marca física. No querían a nadie con falencias físicas. Querían personas sin marcas. Allí habla de la salud del individuo. Segundo, dice: “de buen parecer”. Eso se relaciona con el rostro, su apariencia. Básicamente, la palabra muwm se refiere al cuerpo y sus habilidades físicas junto con el aspecto de la cara, aunque también podía incluir la forma del físico. Ellos miraban a las características físicas.

Esto es típico. Cuando Israel elegía a un rey, ¿Cómo lo hacía? El más alto, más guapo del país, Saúl. ¡Y qué perdedor que era él! Apariencias. Dennos el más buen mozo, el más viril, el de mejor forma. No queremos a nadie que tenga una marca física o facial. Y no solo físicamente, pero ¿de qué otra manera evalúa el mundo a su gente? Primero por sus características físicas y segundo por su cerebro. Lo físico y lo mental. “Enseñados en toda sabiduría”. Aquí tienen cuatro calificaciones intelectuales. Primero, enseñados en toda sabiduría. Eso significa superiores de manera intelectual, muy inteligentes, con capacidad de hacer diferenciaciones, habilidad de tomar decisiones, de aplicar la verdad a situaciones. Querían hombres que fueran superiores intelectualmente.

Segundo, mentalmente, “sabios en ciencia y de buen entendimiento”. Significa una educación superior, adecuada. El hebreo literal dice conocedores del conocimiento. Aquellos buenos estudiantes que tuvieran información, bien educados, que sabían cómo aplicar eso en el término de tomar decisiones y hacer distinciones.

Tercero, querían aquellos que entendieran la ciencia. Y aparentemente, este término hebreo implica la habilidad de correlacionar. Primero, conocer los hechos, segundo aplicarlos, tercero, correlacionar los hechos para armonizar y tomar decisiones. En efecto, eso es lo que hace la ciencia. Saca conclusiones de la acumulación de datos. Debían tener la capacidad de pensar en términos de correlación.

Finalmente, “idóneos para estar en el palacio del rey.” Esto se relaciona con una tercera dimensión de cosas que ellos buscaban. Primero lo físico, bien formados sin manchas; luego lo mental, habilidosos en todo conocimiento y que entendieran la ciencia. Y lo tercero era social. Debían tener el porte y modo para estar en el palacio del rey y no parecer torpes. Yo nunca llegaría. Me descalificarían en cada categoría. Y si pasara las primeras dos, lo cual no sucedería, nunca llegaría a la tercera, ya que cuando estoy en una situación importante, siempre me equivoco. Recuerdo cuando estuve en Dallas, Texas. Alguien llamó y me dijo que una señora que apreció mi mensaje quería conocerme. Almorzaríamos en el último piso de un edificio para los petroleros y yo sería su invitado. Pensé qué bueno. Y Sam Ericsson estaba conmigo. Y le dije a él que viniera también.

No me di cuenta que era algo importante…y ahí estoy con Sam, ocupado y estudiando durante el día. Me puse un sweater. Fuimos a conocer a esta agradable señora. Subimos en el elevador y cuando llegamos encontramos un lugar increíble. De inmediato uno se siente incómodo, sabe que no está en el lugar correcto. Todos miraban. Alguien me preguntó si buscaba a alguien. Les dije con quién me encontraría. La querida señora vino y me dijo mucho gusto. Yo sabía que algo estaba mal. Me enteré que uno no podía subir por ese elevador sin saco y corbata. El hombre fue al closet, diciendo que tenía un saco para prestarme. Me dieron uno cuyas mangas eran muy cortas y que estaba muy sucio. Me senté durante toda la comida con estos petroleros, con el saco de mangas cortas y pretendiendo que estaba elegante. Estaba fuera de mi elemento.

Cuando el mundo busca a personas adecuadas, miran según su definición física, mental y social. Eso es todo. Porque eso es todo lo que ellos pueden comprender. No saben nada del carácter. Nada acerca de la calidad espiritual. Nada acerca de la virtud. Nada acerca de la moral. Ellos dijeron que les consiguieran a los jóvenes más inteligentes, guapos que pudieran encontrar; y los transformarían en caldeos. Ése era el plan. Lavarles el cerebro a estos jóvenes judíos.

¿Cuál era su propósito? Final del versículo 4: “Y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos.” Caldeos es un término utilizado indistintamente con babilónico. Originalmente, los caldeos eran un grupo separado. Pero a medida que el Imperio Babilónico creció y que la astrología, ciencia y enseñanza caldea dominaron el Imperio Babilónico, el término caldeo se convirtió en sinónimo de babilónico. Los convertirían en babilónicos o caldeos de ley. Querían que aprendieran como los caldeos.

El idioma de los caldeos era muy poderoso e importante en esa época. Y el pueblo judío no lo sabía. Deberían aprenderlo y esto les daría un trato social en esa parte del mundo, ya que ese idioma dominaba esa parte del mundo. Además de eso, el aprendizaje de los caldeos era muy interesante. En la Enciclopedia Internacional de la Biblia nos dice que incluía los antiguos idiomas de Babilonia, los dos dialectos sumarios y un cierto conocimiento de casitas, relacionado aparentemente con el idioma hitita. Había otros idiomas en las zonas cercanas. En otras palabras, serían expertos lingüistas.

Aún más, los caldeos, tenían conocimiento de la astronomía y la astrología. Tenían un sistema matemático sofisticado que incluía un sistema de numeración sexagesimal. Historia natural. Aprendizaje de mitología, incluyendo leyendas de la Creación y el Diluvio. Tenían una tremenda pluralidad y plétora de dioses. Un panteón de deidades. Gran conocimiento de la agricultura. Eran quizás los arquitectos más exquisitos de todo el mundo, tal como muestran los edificios babilónicos. En la construcción de los Jardines Colgantes de Babilonia y los palacios, tenían un sistema de aire acondicionado que ellos mismos habían desarrollado.

Estos jóvenes serían expuestos a todas estas enseñanzas - ya sea arquitectónicas, de agricultura, lingüísticas, teológicas, históricas; y serían unos eruditos caldeos. Los caldeos eran también expertos en magia, encantamientos, augurios, conjuros, oraciones, himnos, mitos, leyendas, etc. Estos jóvenes aprenderían todo eso. Un proceso de lavado de cerebro.

¿Saben algo? No es nada distinto a lo que las universidades y los colegios hacen a los jóvenes hoy en día. Quitan su fe, roban su herencia y los reforman con información ateísta, humanística y socialista que está en sus libros y en las mentes de sus profesores. Enviar hoy a un joven a la universidad es exponerlos a un proceso de lavado de cerebro. Tristemente, aun los seminarios de nuestro país que solían sostener la palabras de Dios han abandonado hoy esa autoridad y le lavan el cerebro a la gente para que crean que las repuestas humanas nos dicen que no podemos confiar en Dios…Su Palabra no es verdad…otro proceso de lavado de cerebro.

Recuerden Hechos 7:22, dice de Moisés cuando estaba en Egipto: “Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios”. Hay personas a las cuales no se las puede corromper. Y personas como esas son las que conoceremos en un momento.

Las universidades y los seminarios de los caldeos destruirían todo lo que Daniel y sus amigos conocían de Dios y de la herencia de Dios que había en su pueblo. Querían que ellos olvidaran a Dios, Su verdad. Este es el esfuerzo de la educación moderna. Desde el momento que su hijo va a la escuela, a excepción de maestros que le temen a Dios y personas que aman a Cristo que ese cruzan con su hijo, ellos obtendrán un sistema de valores humanístico, sin Dios, ateo, que está preparado por Satanás para eliminar a Dios de la escena y lograr que le sirvan. Ésa es la trama.

Versículo 5: “Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía”. No es cualquier comida. Recibirían una porción de la rica comida del rey. ¿Por qué alimentarlos con la comida del rey? ¿Es eso parte de la educación? Uno de los elementos más básicos del lavado de cerebro es el sentido de la obligación. Hacerlos sentir obligados. Proveerlos de algo fastuoso para que su sustento dependa de usted y así usted pueda construir una dependencia para esa provisión. Usted construye una perspectiva de vida donde ellos demandan lo que usted les da y así los tiene atrapados. Aliméntelos con comida caldea y verá que no comerán más los vegetales y el agua que acostumbraban. Sedúzcalos por sus apetitos y logre que ellos se sientan obligados por la provisión. Aumente su estándar de vida adonde usted quiere para que no regresen a lo anterior. Todo es parte de este proceso de lavado de cerebro.

El rey era un hombre astuto. Nabucodonosor era un hombre brillante. Le ordena a Aspenaz alimentar a estas personas con las delicias del rey y darle el vino que el rey bebe, que debe haber sido el mejor. Durante tres años comerían y beberían esto. Después, irían y dirían al rey que él era un buen hombre. Ellos se pararían delante del rey. Lo cual hace referencia a servirle. Pararse delante significa servir. Vemos eso una y otra vez. Los ángeles se paran delante del trono de Dios “esperando el mandato para servir”. El profeta Jeremías se paró delante de Dios esperando ser enviado en servicio. Él dice que quiere gente que le sirva y sabe que lo harán si se sienten obligados, si sus estándares de vida y cosas dependen de él.

¿No les ha sucedido que alguien los lleva a un restaurante muy caro y cuando prueban algo, piensan que se podrían acostumbrar fácilmente a eso, que lo merecen? Ésa es la idea del lavado de cerebro, es una trampa. Y entre los 50/75 jóvenes que fueron llevados, sólo los cuatro que conocemos no cayeron presos de este proceso. Sólo cuatro.

Versículo 6: “Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá.” Entre estos…había muchos más…solo cuatro.  No muchas personas en el mundo resisten los esfuerzos del mundo de lavado de cerebro. ¿Saben lo que hicieron? Versículo 7: “A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.”

¿Qué sucedió? Cambiaron sus nombres a nombres caldeos. Otra parte del proceso. Olvidar sus raíces. Su herencia. Su familia. Su pasado, para olvidar quién es usted en realidad. Usted no tiene más identidad. La perdió. Por muchos años me presentaron como el hijo del Dr. Jack. Yo no era nadie, tan solo el hijo del Dr. Jack. Separar a las personas de su herencia no es nada nuevo y es común aún hoy en día.

Continua....

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Este artículo originalmente apareció aquí en Gracia a Vosotros.

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