sábado, 1 de junio de 2019

Salvos por fe, juzgados por las obras | Romanos 2:6-11 | Ps. Sugel Michelén [Transcripción]






Salvos por fe, juzgados por las obras | Romanos 2:6-11 | Ps. Sugel Michelén 

El libro de Romanos capítulo 2, y vamos a leer para tomar el contexto a partir del versículo 5 hasta el 11, aunque en la mañana de hoy solo vamos a estar exponiendo los versículos 6 al 11. Pero antes mis hermanos vamos a orar, vamos a pedir que el Espíritu Santo descienda con poder sobre la iglesia hoy.  Soberano Señor, nuestra esperanza está en Jesús y en nadie más, nuestra esperanza está en Él para llegar a tu presencia. Nuestra esperanza está en él para servirte, para alabarte, para predicar tu palabra, Oh Señor, no tenemos la menor confianza en nosotros mismos. Ven y ayúdanos Señor en nuestra debilidad, en nuestra mucha debilidad, porque te lo pedimos en Cristo, Amen.

 Versículo 5 «más por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. El cual» aquí está nuestro texto «pagará a cada uno conforme a sus obras» lo mismo que vimos en mateo 25, el Señor pagará a cada uno conforme a sus obras «a los que, por la perseverancia en hacer el bien, buscan gloria, honor e inmortalidad vida eterna. Pero a los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia, ira e indignación. Habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, porque en Dios, pero gloria y honor y paz para todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego, porque en Dios no hay acepción de personas»


A comienzos del siglo 20 la revista Times de Londres, encargó a un grupo de escritores reconocidos que contribuyeran con algunos artículos sobre el tema: Qué es lo que está mal en el mundo. Qué tema. Qué es lo que está mal en el mundo, y recuerden a principios del siglo 20 Gilbert Chesterton que fue un periodista y escritor inglés, uno de los hombres probablemente más citados en todo el siglo 20 y en lo que va del siglo 21. Le envió una carta al Times que decía simplemente esto: «estimados Señores el problema soy yo, con cariño Chesterton» ¿Qué es lo que está mal en el mundo? el problema dice Chesterton, soy yo. Lamentablemente no muchas personas suelen tener esa claridad de pensamiento con respecto a sí mismas. 

Nosotros sabemos que algo no anda bien en el mundo, y hasta podemos reconocer que no somos perfectos, ¿verdad? Pero es difícil llegar a entender la magnitud de nuestra propia pecaminosidad en la presencia de Dios. Y eso es precisamente lo que el apóstol Pablo quiere mostrarnos en esta sección de la carta, que nosotros comenzamos a estudiar hace unas semanas atrás. El tema central de la carta a los Romanos es el Evangelio. Es la Buena Noticia de que Dios declara justo a pecadores culpables por medio de la Fe en Jesucristo. De manera que esta buena noticia del Evangelio solo tiene sentido para el que acepta una mala noticia previa: somos pecadores y tenemos un serio problema con la justicia de Dios. ¿Qué es lo que está mal en el mundo? tú y yo, tú y yo. 

Pablo va a decir en el capítulo 3, en la carta de Pablo a los Romanos: que en el mundo entero no hay justo ni aun uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios, no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno ¿Es eso lo que las personas piensan de sí mismas? nosotros creemos, las personas en el mundo creen que nosotros somos personas buenas, que a veces hacemos cosas malas. El veredicto de la Biblia es que nosotros somos personas malas, que por la gracia de Dios deben cuando hacemos cosas buenas. Es diferente, no hay justo ni aun uno, no hay quien haga lo bueno desde el punto de vista de Dios, y eso incluye a los paganos que Pablo describe en Romanos capítulo 1 versículos 18 hasta el 32. Hombres y mujeres entregados por completo a vicios degradantes, pero también incluye a los moralistas que se creen superiores a los demás, porque ellos critican severamente todos esos vicios. Y eso es precisamente el tema que vimos hace unas semanas atrás, al comenzar a estudiar el capítulo 2. Vean una vez más el versículo 1 «por lo cual no tienes excusa oh hombre quienquiera que seas, tú que juzgas» aquí está el individuo moralista, el que juzga a los demás, el que se cree superior «pues al juzgar a otros, a ti mismo te condenas, porque tú que juzga practicas las mismas cosas» dice Pablo. 

Francis Schaeffer un teólogo y un pensador cristiano del siglo 20, se refería a este pasaje de Romanos capítulo 2 como «la grabadora invisible» él decía que «todos nosotros llevamos al cuello una grabadora que no se ve, pero que va recogiendo día tras día lo que nosotros decimos acerca de los demás» nosotros somos geniales para decidir cómo deberían vivir los demás ¿no es así? y hay una grabadora que va recogiendo día tras día todo lo que tú dices, acerca de cómo debieran vivir los otros. y en el día del juicio Dios va a tomar todas esas cintas, te las va a poner delante de ti para mostrarte, que probablemente tú hacías esas mismas cosas que criticabas, o aún peor. Mi amigo, la historia humana concluye en un tribunal. Eso es serio. La historia humana concluye en un tribunal, y nadie podrá escapar de las terribles consecuencias de ser condenado en ese juicio por el simple hecho de ser un moralista, o por tener una fachada de decencia, porque nuestro Dios no solo conoce nuestras vidas, hasta en sus más íntimos detalles, sino también las motivaciones y pensamientos detrás de nuestras acciones. Dios te conoce, Él mira a través de ti. 

Dice en Proverbios capítulo 15 versículo 3 «que los ojos del Señor están en todo lugar, observando a los malos y a los buenos» nuestra vida es un libro abierto en la presencia de Dios. Dice el autor de la carta a los Hebreos que «no hay cosa creada que esté oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel, a quien tenemos que dar cuentas» y en este mismo capítulo 2 de la carta a los Romanos, Pablo dice en el versículo 16 que «Dios juzgará los secretos de los hombres conforme al Evangelio y mediante Jesucristo» Dios juzgará los secretos de los hombres. Tarde o temprano todos vamos a comparecer ante el tribunal de Dios. Eso es tan cierto y es tan serio, que sería una completa insensatez vivir de espaldas a esa realidad. «Este juicio» dice Pablo, y es mi primer encabezado en la mañana de hoy «es un juicio universal» es un juicio universal. 

Vean el versículo 6 otra vez «el cual pagará a cada uno a cada uno, conforme a sus obras» en el versículo 9 hablando acerca de los impíos Pablo dice «habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo» el texto dice literalmente «para todo ser humano, que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego» todos los seres humanos, de todas las razas, de todas las nacionalidades, de todas las culturas van a estar allí. A veces nosotros hacemos planes y se nos frustran, creemos que en la fecha tal, vamos a estar en tal sitio, pero las cosas no suceden como las habíamos planificado. Bueno, sabes una cosa, si hay algo de lo que tú puedes ahora mismo estar absolutamente, completamente seguro, es que en el día del juicio todos nosotros estaremos en ese tribunal. Esto es universal. Aun los muertos se levantarán, los vivos estarán ahí. Pablo dice a Timoteo «te encarezco delante del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la Palabra».

Todos, todos van a estar allí, nadie va a faltar a esa cita con la justicia de Dios, y déjame decirte algo mi amigo, nadie va a estar a tu lado cuando tengas que presentarte ante el Juez de toda la tierra, a menos que por medio de la fe, tu tengas a Jesucristo como abogado defensor. Hay personas que no quieren venir a Cristo porque tienen el temor de perder a sus amigos ¿No es así? mira déjame decirte algo; en el día del juicio ninguno de ellos va a estar al lado tuyo para consolarte, estarás solo en la presencia de Dios. Niños, niños esto es serio, escúchenme, sus padres cristianos no van a estar allí, sus padres cristianos no van a estar allí, tu cónyuge cristiano si lo tienes no va a estar allí «cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo» dice Pablo en Romanos capítulo 14 versículo 12, y este es un texto que tiene una aplicación para todo el mundo. Nadie va a responder por ti en el día del juicio. Porque todos compareceremos como individuos ante el tribunal de Dios. 

Pero este juicio no solamente será universal, sino también absolutamente imparcial, absolutamente imparcial, vean el versículo 11 «porque en Dios no hay acepción de personas, porque en Dios no hay acepción de personas» y Pablo está pensando aquí en lo que ha dicho anteriormente en el versículo 10 cuando dice «pero gloria y honor y paz para todo el que hace lo bueno al judío primeramente, y también al griego, porque no hay en Dios acepción de personas» todos van a estar allí, no importa la nacionalidad, y es probable que Pablo esté pensando en el hecho de que los judíos se creían que estaban exentos del juicio y la condenación de Dios, por el mero hecho de ser judíos «nosotros somos los descendientes de Abraham, nosotros somos la nación del pacto, nosotros tenemos privilegios que el resto de las naciones no tiene» pero Pablo quiere hacerles ver que esos privilegios son una moneda de dos caras. Fue a los judíos que se les dio a conocer primero la oferta del Evangelio. 

En Romanos 1:16, que ya estudiamos hace unas semanas, Pablo dice a los creyentes en Roma «yo no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego» la oferta del Evangelio debía llegar primero a los judíos, pero así también será en el día del juicio ¿Ven? El Evangelio, la oferta primero a los judíos, el juicio primeramente a los judíos, versículo 9 «habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo, al judío primeramente y también al griego» la misma prioridad que se les dio en la salvación, se les dará también en el juicio. Saben ¿Por qué? porque al que mucho se les da, mucho se le demandará. Y a ellos se le dio mucho ¿sabes lo que eso significa joven? que, a un salvaje del áfrica, que nunca en su vida ha escuchado el Evangelio de Jesucristo, se va a juzgar, y lo vamos a ver el domingo que viene, y van a ser condenados por sus pecados sino creen en Jesucristo, pero créeme, el castigo de ellos será menor, pero mucho menor. 

Aunque el menor de los castigos en el infierno es horrible, que el castigo de aquellos que, como tú domingo tras domingo, vienen a una iglesia, escuchan el Evangelio, y aun así no se arrepienten. El privilegio es una moneda de dos caras. Mi amigo no pienses ni por un momento, que los privilegios de los que tú hayas podido disfrutar en esta vida, te servirán de algo en el día del juicio. No es así. En este mundo hay diferencia de clases, hay mucha diversidad a nivel socioeconómico. Algunos son famosos. Hay otros que apenas los conocen en el barrio. Pero todas esas diferencias se esfumarán en el día del juicio. Ese tribunal será el gran nivelador de la raza humana ¿Recuerdan la visión de Juan del juicio final en Apocalipsis 20? dice en el versículo 11 «vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en el, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos, y vi a los muertos grandes y pequeños de pie delante del trono» los muertos grandes, y los muertos pequeños, los famosos y los desconocidos, los ricos y los pobres de pie, como acusados delante de Dios «y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros según sus obras» según sus obras.

Este juicio será universal, este juicio será imparcial, pero Pablo nos enseña también, lo mismo que Juan nos dice en este pasaje de Apocalipsis: este juicio será por obras. Este juicio será por obras. Vean el versículo 6 de Romanos 2 «el cual pagará a cada uno conforme a sus obras» ¿Se está contradiciendo Pablo aquí? porque en todo el libro de Romanos, Pablo insiste en el hecho de que la justificación del pecador se obtiene únicamente por medio de la fe, sin las obras de la ley. Como dice Romanos 1:17 «porque en el Evangelio, la justicia de Dios» la justicia que da Dios «se revela por fe y para fe, como está escrito: más el justo por la fe vivirá» esa es la esencia del Evangelio; que el pecador es declarado justo delante de Dios, no por sus obras, sino por medio de la fe. Ya que, por medio de las obras de la ley, ningún ser humano será justificado delante de Dios. Dice en Romanos capítulo 3 versículo 20 «nadie será justificado por las obras» un poco más adelante, en ese mismo capítulo 3, Pablo demuestra que los creyentes no tienen nada de qué jactarse por causa de su salvación. Porque no depende de ellos, sino de la justicia de Cristo que es puesta en nuestra cuenta, por medio de la fe ¿Dónde pues está la jactancia? ¿hay alguna razón para que un creyente se jacte de ser creyente?

Dice Pablo «No, queda excluida ¿por cual ley, la de las obras? No, sino por la ley de la fe. Porque concluimos que el hombre es justificado por la fe, aparte de las obras de la ley» Pablo existe una y otra vez, en casi todas sus cartas que la salvación es por gracia, es por fe, es por Cristo, no es por obras. Sin embargo, la Biblia también es extremadamente clara, en el sentido de que, en el día del juicio, lo que será tomado en cuenta no es nuestra profesión de fe. No es que tú digas ser cristiano, no es que tú pertenezcas a una iglesia donde se predica el Evangelio. Lo que va a juzgar Dios en aquel día, son las obras que ponen en evidencia la realidad de la fe. Las obras que ponen en evidencia la realidad de la fe «venid benditos de mi Padre, al reino preparado para ustedes, desde antes de la fundación del mundo ¿Por qué? porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estaba enfermo y me visitasteis, tenía hambre y me diste de comer, me recibiste en tu casa» y dice Cristo «venid benditos de mi Padre, porque este reino fue preparado para ustedes» 

Mis hermanos nadie será salvo por sus buenas obras, sino por haber puesto toda su confianza únicamente en Cristo para salvación. Pero en el día del juicio, esa fe será vindicada a través de las obras de los creyentes, como también quedará evidenciado por las obras, quienes fueron los incrédulos que no confiaron en Cristo. Muchos de los cuales son miembros de iglesias evangélicas, y creen que van camino al cielo, y en el día del juicio sus obras van a evidenciar que su fe era falsa «Muchos me dirán en aquel día» ¿Recuerdan? «Señor, Señor, en tu Nombre echamos fuera demonios, en tu Nombre profetizamos, en tu Nombre hicimos muchos milagros, y yo le declararé: nunca os conocí, apartados de mí hacedores de maldad» ¿Cómo se va a evaluar eso? a través de las obras.

En Isaías capítulo 3 versículo 10 al 11 Dios le ordena Isaías, que le haga saber al justo que le irá bien, porque con comerá del fruto de sus manos. Eso que el justo hizo, va a ser recompensado. Pero ahora escuchen la otra cara de la moneda «hay del impío, hay del impío, le irá mal, porque lo que él merece se le hará» lo que él merece. Mis hermanos en este mundo las cosas parecen funcionar al revés, ¿Cómo es posible que en una encuesta el 89% esté en contra de la implantación de la ideología de género en la república dominicana, pero nuestros gobernantes quieren secuestrar ideológicamente a nuestros hijos? ¿Y saben qué? a veces usan su poder político, y su poder económico para imponer esas ideologías perversas, diabólicas, inmorales y faltas de sentido común. Aquí las cosas parecen funcionar al revés. Oh mis hermanos, pero el día llegará, cuando todas las cosas van a funcionar al derecho. Ese día llegará, porque Dios se encargará, Dios mismo se encargará de que el justo reciba la recompensa de sus manos, y que al impío se le dé lo que merece.

Yo he dicho muchas veces, y lo voy a seguir repitiendo aquí en el púlpito, de verdad miren «si no hubiera un juicio final, donde cada uno reciba lo que merece, esta vida es una broma muy pesada» Pero hay un juicio, hay un juicio. Jeremías 17:10 «yo el Señor, escudriño el corazón, pruebo los pensamientos para dar a cada uno según sus caminos, según el fruto de sus manos» ¿Ven el punto? seremos juzgados, no según la fachada de decencia que nosotros podamos mostrar a los demás, no será sobre la base de nuestra religiosidad, nuestro Dios escudriña el corazón, nuestro Dios prueba los pensamientos, dice Jeremías. Él conoce perfectamente lo que de verdad somos, lo que tú y yo somos de verdad ¿Y qué va a evidenciarse? a través de lo que hacemos, por eso dice el texto «para dar a cada uno según sus caminos» ¿ven? «y para dar a cada uno según el fruto de sus obras» según el fruto de sus obras. Y no piensen ni por un momento que esta enseñanza es exclusiva del Antiguo Testamento. En Mateo capítulo 16 versículo 27 el Señor Jesucristo dice «que el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras» eso es Cristo hablando. El mismo que va a morir en una cruz para que los hombres sean salvos al poner su fe en Él, Él mismo dice «cuando yo venga en mi gloria, los hombres serán juzgados según sus obras» y es lo que dice Mateo 25, el texto que leímos al principio de este servicio «según las obras».


Juan capítulo 5 versículo 28 «no os admiréis de esto» esto es Jesús otra vez «porque viene la hora, en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz» todos van a salir de los sepulcros «los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de condenación» todos van a resucitar, pero no todos tendrán el mismo destino ¿Y qué es lo que hace la diferencia? los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, los que practicaron lo malo, a resurrección de condenación. Tus obras evidenciarán lo que tú eres en realidad ¿Han visto ustedes esas repeticiones de las jugadas más destacadas en un partido? después que pasa la acción, nosotros podemos verla otra vez desde ángulos diferentes, para que podamos apreciar mejor la jugada ¿Han visto eso? Bueno, eso es precisamente lo que va a suceder en el día del juicio. Dios ve nuestras acciones desde todos los ángulos, desde todos los ángulos posibles, y conforme a eso seremos juzgados. No si tú eres miembro activo de alguna iglesia, no si tú dices amar a Dios con todo tu corazón «por sus frutos los conoceréis» Mateo 7:16, y vuelve y lo repite en el 20 «por sus frutos los conoceréis» y lo mismo dice Santiago en su carta «pero alguno dirá tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras» «la fe obra por el amor» dice Pablo. No es invisible «yo soy cristiano para mí» ¡No, no, no! Eso no existe. Olvídate de eso. Olvídate de eso. 

En aquel día, la realidad de tu fe será puesta en evidencia a través de tus obras. Porque los verdaderos creyentes, los verdaderos creyentes son transformados por el Espíritu Santo, de tal manera que ahora aman a Dios, lo aman, y de todo corazón desean hacer su voluntad. Así que no hay tal contradicción, entre el mensaje de la justificación por la fe que se anuncia en el Evangelio y lo que Pablo está diciendo aquí acerca del juicio por obras. Este juicio es perfectamente compatible con el mensaje del Evangelio. Noten el versículo 16 del capítulo 2 otra vez «en el día en que según mi Evangelio» «Dios juzgará los secretos de los hombres, mediante Cristo, según mi Evangelio» esto es parte del Evangelio. Las obras de la que Pablo está hablando aquí, la obediencia de la que Pablo está hablando aquí, son obras evangélicas, son obediencias evangélicas, es fruto del poder transformador del Evangelio ¿Qué quiere decir eso en la práctica? mis hermanos, que el creyente no está tratando de impresionar a Dios a través de sus buenas obras, él no quiere ganarse el cielo a través de sus buenas obras, ya Cristo ganó el favor de Dios para nosotros a través de su muerte en la cruz del calvario, y tú y yo nos hemos apropiado de esa bendición, por medio de la fe, y sólo por medio de la fe, no por las obras. Pero el verdadero creyente ama al Señor, y se deleita en el Señor. Y eso tiene necesariamente que evidenciarse a través de nuestro servicio, a través de nuestra obediencia no perfecta, pero sí sincera. 

Y eso es lo que va a ser evaluado en el día del juicio, las obras que evidencian la realidad de la fe, en el caso de los creyentes, las obras que evidencian la incredulidad, en el caso de los impíos. De hecho, hay una estructura de sándwich aquí, y si notaron en los versículos 7, y luego en el versículo 10, se habla de las obras y el destino de los creyentes, 7 y 10, y en el medio, 8 y 9 el jamón y el queso del sándwich, se habla de las obras y el destino de los impíos. Vean el versículo 7 «Dios pagará a cada uno conforme a sus obras» ¿Qué es eso? versículo 7 «a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor, e inmortalidad, es decir vida eterna» versículo 10 «pero gloria, y honor, y paz para todo el que hace lo bueno, al judío, primeramente, y también al griego» los verdaderos creyentes se distinguen dice Pablo; por su perseverancia en hacer el bien. No es una buena obra hoy, otra el mes que viene, y otra dentro de un año. Es perseverancia hasta el final en hacer el bien. Y ellos hacen ese bien porque buscan gloria, honor, e inmortalidad.

Déjeme aclarar esto con mucho cuidado; la idea no es que los creyentes van a llegar a la gloria por causa de sus buenas obras, por hacer el bien ¡No, No! lo que Pablo está diciendo, recuerden que ya él pasó por Romanos 1: 16 y 17, lo que Pablo está diciendo es «que habiendo sido ya salvados mediante la fe, estos creyentes van detrás de las recompensas que Dios promete para todos los que hacen el bien» Ellos saben que Dios es bueno, y él ha prometido recompensar toda buena obra ¡óyeme bien mi hermano! por más pequeña que sea. Si tú hiciste esa buena obra para que Dios se viera bien ¡No Tu! para que Dios se viera bien, para la gloria de Dios. Y para hacerle un favor, un bien, a alguien en necesidad. Esa buena obra será recompensada. Dice el Señor «cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuánto el discípulo, de cierto, de cierto os digo, que no perderá su recompensa» ¡Un vaso de agua! 

¡ay mis hermanos! de verdad miren, si nosotros creyéramos eso, si nosotros creyéramos eso, que por cada buena obra que nosotros hagamos para hacer quedar bien a Dios, para mostrar su poder en nosotros, su gloria, como el Evangelio de ese Dios, es tan poderoso que cambia egoístas orgullosos, en personas que hacen el bien, eso le da gloria a Dios. Y Dios se encargará de recompensar cada una de esas obras ¿Y cuál es la recompensa? Gloria, honor, e inmortalidad ¡qué gloria! Pablo no está diciendo aquí «lo que yo hago para la gloria» claro, yo lo hago para la gloria de Dios, pero la gloria de la que se habla allí, es la gloria que Dios va a compartir contigo. Cuando Cristo vuelva en gloria, nosotros seremos manifestados con Él en gloria. Las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera, que en nosotros ha de manifestarse. Los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. Los que enseñaron la justicia a la multitud resplandecerán como las estrellas del firmamento. Esa gloria.

Los creyentes verdaderos no son personas que dicen «a mí no me interesa la recompensa» ¡No, a mí sí me interesa la recompensa! Pablo dice búscala, busca esa recompensa que viene de Dios. Busca ese brillo de gloria que viene de Dios. Porque en el cielo no todos van a tener la misma gloria, todos van a ser glorificados, no todo van a brillar igual, y Pablo lo dice claramente en Romanos capítulo 15 dice «una es la gloria del sol, otra es la gloria de la luna, otra es la gloria de las estrellas, y hay diferencia entre la gloria de una estrella, y la gloria de otra estrella, y así será la resurrección dentro de los muertos» no todos van a brillar igual. ¡Busca gloria! la parábola de los talentos en Lucas 19, yo no tengo tiempo, véanlo en sus casas, dice «te di un talento ¿Cuánto hiciste? ¿Cuánto ganaste con el talento? 10 Señor, 10 ciudades son para ti.  Y tú ¿Cuánto ganaste? 5 ¿Con el mismo talento? 5 ciudades para ti. Hay diferencia, hay diferencia en gloria, hay diferencia en honra, y yo quiero gloria, y quiero honra, pero no la que viene del mundo, sino la que viene de Dios «los que perseverando en bien hacer» buscan esa gloria, buscan esa honra, que viene de Dios.

Ahora, saben lo sorprendente de todo esto mis hermanos, es que nosotros no podríamos hacer el bien de no ser por la obra de la gracia de Dios en nuestras vidas. Es por gracia que somos salvos, es por esa misma gracia que podemos hacer buenas obras. Efesios 2, ustedes conocen ese texto, versículo 8 «porque por gracia sois salvos, por medio de la fe, y esto no de vosotros pues es un don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe» pero no se quede allí, porque el texto no termina allí «porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que estuviésemos en ellas» Dios en su gracia promete recompensar a aquellos que se ocupan en hacer buenas obras, buenas obras que él preparó de antemano, para que nosotros las hagamos y saben ¿Por qué Dios hace eso? porque esas buenas obras no las hacemos en nuestras propias fuerzas, sino por causa de nuestra unión con Cristo, somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras. 

Esas buenas obras ya no las estamos haciendo en nuestras propias fuerzas, para nuestra propia gloria, para llamar la atención sobre nosotros mismos, la estamos haciendo en unión con Cristo, en la fuerza que viene de Cristo, por el poder del Espíritu de Cristo que mora en nosotros. De manera que nuestras buenas obras, aunque imperfectas, son aceptables y son agradables delante de Dios por causa de la perfección de Cristo, que ha sido puesta nuestra cuenta por medio de la fe. 

Hoy el día de las madres, yo imagino en los niños pequeños, que quisieron hacerle una tarjeta a su mamá, en el día de hoy, un dibujo simple, por no ofenderlos diciendo «garabato» falta de ortografía ¿Y saben qué? las madres que recibieron hoy esas tarjetas, están felices. Ellas no esperaban un Rembrandt, ni un soneto de Shakespeare. Están felices con su tarjeta, porque son la expresión de un niño, o de una niña que quiere agradar a su mamá. Bueno mis hermanos, así recibe Dios nuestras buenas obras. La sangre de Cristo perfecciona el dibujo, el garabato nuestro, y la sangre de Cristo corrige todas las faltas de ortografía, es un corrector perfecto. Nuestro Padre Celestial se goza en nuestras buenas obras ¿Por qué? porque no las hacemos para ganar mérito delante de Él. No es una obediencia servil «aquí estoy yo, viendo a ver si me pongo frío con Dios, a ver si no me castiga» ¡No! No, no es ese tipo de obediencia servil. Nosotros servimos a Dios con la conciencia de que ya fuimos aceptados, y ya fuimos favorecidos únicamente por causa de Cristo, y esos creyentes ya aceptados, ya perdonados anhelan escuchar ese «bien, buen siervo y fiel» cuando llegan al cielo. Ellos anhelan eso, porque a final de cuentas, esa gloria y ese honor se traducirá en una mayor gloria para el Dios que nos llamó, que nos transformó, y que nos capacitó para hacer buenas obras. Por eso nos van a dar coronas que tiraremos después a los pies de Jesús. Porqué es Cristo el que recibe la gloria por causa de nuestra gloria. Porque si no fuera por Él, ni estaríamos en el cielo, ni pudiéramos hacer buenas obras. 

En el día del juicio los verdaderos creyentes serán evidenciados, porque perseverando en hacer el bien, buscaban intencionalmente esa gloria, ese honor, y esa inmortalidad que vienen de Dios ¿Tú estás buscando eso? ¿Tú quieres ser grande en el reino de los cielos? ¿Tú quieres recibir una mayor gloria? poder reflejar una mayor gloria de Jesús en el reino de los cielos ¿Tú quieres eso? mi hermano amado, tú vives con esa conciencia «Señor yo quiero esa recompensa, yo quiero perseverar en hacer el bien, yo voy a usar los recursos, los talentos, el dinero, mi casa, lo que tú me des, todo lo que yo pueda, con la oportunidad que yo tenga para hacer el bien, porque yo busco gloria, yo busco gloria, yo quiero gloria, no la del mundo, yo quiero la gloria que viene de Dios». De ahí el contraste con los impíos ¿Ven ahora el sándwich? versículo 8 «pero a los que son ambiciosos, son ambiciosos, y no obedecen a la verdad, sino que se complacen, obedecen a la injusticia» 

¿Recuerdan Romanos 1:18 «la ira de Dios viene desde el cielo, contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que detienen con injusticia la verdad»?  Es lo mismo que está diciendo Pablo aquí «pero los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad» la palabra ambicioso significa literalmente egoístas ambiciosos «a los que son unos egoístas ambiciosos, y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia» ¿Qué vendrá sobre ellos? «ira e indignación, habrá tribulación y angustia en el infierno, por los siglos de los siglos, para toda alma humana que hace lo malo, al judío primeramente también al griego» ¡uy! Esto es fuerte hermanos, estos individuos no tienen tiempo para hacer las buenas obras que el Señor describe en Mateo 25 ¿Recuerdan? «entonces dirá también a los de su izquierda, apartados de mí malditos, apartados de mí malditos al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles» ¿Saben por qué? «porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me recibisteis» pero ellos no tuvieron hospitalidad «estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis» estos hombres y mujeres, estaban tan ocupados viviendo para sus propios placeres, viviendo para sus propios intereses, viviendo para su propia diversión, para su propia fama, para su propia riqueza terrenal, que no tenían tiempo para ninguna de esas cosas, no tenían tiempo. Excepto, si al hacerlas de alguna forma eso repercutía en gloria para ellos mismos. Hay en la cárcel, pero con el fotógrafo al lado. El cheque en el maratón, pero con el fotógrafo ahí.

¿Ustedes ven el contraste hermanos? son dos estilos de vida completamente distintos, porque el Evangelio produce una transformación radical, en aquellos que vienen a Cristo en arrepentimiento y fe. Y al final eso va a conducir a dos destinos distintos. Los creyentes a la vida eterna, que no es otra cosa que gloria, honor y paz, dice en el versículo 10. Así describe la vida eterna: gloria, honor y paz en la presencia de Dios. Eso fue lo que Cristo compró para nosotros en la cruz del calvario; gloria, honor y paz. Y esa paz de la que se habla aquí, no es una simple ausencia de problemas ¡No, ¡No, No!  mis hermanos, es el disfrute, de una dulce y deleitosa comunión con Dios, sin tener que experimentar nunca más la seducción del pecado. ¡Guau! qué bueno será eso «Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» ¡Oh que paz será aquella! ¡qué paz será aquella! cuando ya no seamos tentados nunca más ¡qué paz será aquella! cuando nunca más sentiremos vergüenza por causa de nuestro pecado ¡qué paz será aquella! cuando todas las células cancerosas del pecado, habrán sido completamente eliminadas de nuestro cuerpo y de nuestra alma. Gloria, honor y paz en la presencia de Dios. Los justos resplandecerán como el sol, en el reino de su Padre.


¿Y qué de los incrédulos? dice Pablo «experimentarán ira» (la ira de Dios) «indignación, tribulación, angustia en el infierno, por los siglos de los siglos, eternamente separados de Dios» que es la fuente de todo bien. Ellos quisieron mantener a Dios fuera de sus vidas, y eso es precisamente lo que ellos van a cosechar al final del camino: ira, indignación.  Mi amigo esto es serio, tu vida termina en un tribunal, donde sólo hay dos veredictos: Mateo 25:46 «e irán estos al castigo eterno, y estos a la vida eterna» no hay otro lugar, no hay purgatorio mi amigo ¡no hay purgatorio! solo hay cielo y hay infierno, y los dos son eternos ¡eternos! Hermanos, amigos que están aquí en esta mañana, métanse esta palabra en su mente y en sus corazones ¡ETERNIDAD! ¡Para Siempre! ¿Recuerdan aquella famosa frase que Dante Alighieri puso en su divina comedia «en las puertas del infierno, entrad por estas puertas vosotros que ya no tenéis esperanza» ¡ya no tenéis esperanza! tan pronto traspasas el umbral de la vida hacia la eternidad ¡ya no hay como devolverse, ya no hay esperanza, es vida eterna, o vergüenza y confusión perpetua! dice la Biblia.

Mi amigo ¿Cuál de estos dos estilos de vida te caracterizan a ti? no te estoy preguntando, si tú eres miembro de un esejota ¿Cuál de estos dos estilos de vida te caracterizan a ti? porque solo hay dos tipos de personas en el mundo, sólo dos, no hay tres: Los que perseveran en hacer el bien, buscando gloria y honra que vienen de Dios, o los que viven para su propia ambición egoísta, buscando la gloria que viene del mundo, solo dos. Unos se distinguen por su vida de servicio, buscando el bien de los demás, dice el Señor Jesucristo en Lucas 22:27 «¿Por que cuál es el mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? no es el que se sienta a la mesa, pero saben que Yo estoy entre vosotros como el que sirve» el más grande se humilló ¿Tú quieres ser el mayor en el reino de los cielos? ¿Estás buscando tú ese tipo de grandeza? que es capaz de ocupar el último lugar, de ponerse en la posición de un siervo en lugar de ser servido, porque esos tendrán una mayor gloria en la presencia de Dios. Los otros se distinguen por una vida totalmente opuesta, donde la gloria de Cristo no tiene lugar, donde el yo procura ponerse en el lugar más encumbrado. Mi amigo ¿Cuál de estos dos estilos de vida te caracterizan a ti? 


Y miren mis hermanos, yo sé que los cristianos tenemos una lucha en nuestro corazón, por causa del pecado que mora en nosotros. Ese es un tema que Pablo va a tocar más adelante cuando llegue al capítulo 6 de la carta a los Romanos, hay una lucha ¿Pero estás luchando? ¿Tú estás luchando? ¿Te vuelves a Cristo en arrepentimiento y fe, cuando percibes que la tentación ha ganado algún terreno en tu corazón, tratando de arrastrarte de nuevo a esa ambición egoísta de la que Cristo te liberto, cuando te regeneró por su Espíritu? O es esa ambición egoísta, el combustible que te energiza, desde que te levantas por la mañana, hasta que te acuestas. Hay lucha ¿Pero están luchando? Hay lucha ¿Pero te estás arrepintiendo? Mi hermano, si este mensaje cuando lo escuchas te lleva a la conclusión de que, a pesar de tus luchas y debilidades, eres un verdadero creyente; pero yo quiero invitarte en esta mañana, a los creyentes, a que te dediques con afán y en dependencia del Espíritu Santo a hacer tesoros en el cielo, a buscar recompensa ¡Busca gloria, afánate por eso! En dependencia del Espíritu Santo. 

Esa diligencia no es contraria a la gracia de Dios ¡No! esa diligencia es producida por la gracia de Dios, en nuestras vidas. Esa fue la conclusión a la que llegó Pablo en Filipenses capítulo 3 luego de decir «todo lo que era para mí ganancia, lo estimado como pérdida, porque yo quiero conocer a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia que es por la ley, no, yo no quiero esa justicia, sino la que de Dios por la fe» ¿Qué dice Pablo del versículo 12? «no que ya lo haya alcanzado, o que haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús» ¡Hermanos! dice Pablo «yo mismo no considero haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago» ahí está el esfuerzo intencional «olvidando lo que queda atrás, y extendiendo me a lo que está delante, yo prosigo hacia la meta, para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios, en Cristo Jesús» ¡Yo quiero ese premio! 

Mi hermano, yo me imagino que probablemente algunos están diciendo: «¡Guau, Guau! yo he estado perdiendo el tiempo». No te quedes postrado, lamentando lo que pudiste haber hecho y no hiciste ¡No, ¡No, No!  ampárate en la promesa del Señor de «que, si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, para limpiarnos de toda maldad» y en dependencia del Espíritu de Dios toma la determinación de no seguir desperdiciando tu vida, no desperdicies tu vida. Busca activamente esa recompensa que viene de Dios ¡Búscala! Dedícate intencionalmente a hacer tesoros en el cielo ¿Cómo? Haciendo buenas obras, ministrando a otros la Palabra de Dios, predicando el Evangelio, porque los que anuncian la justicia a la multitud, serán como las estrellas en el firmamento ¡Busca esa gloria! corre esta carrera de la vida cristiana, con la resolución de llevarte el premio, como dice Pablo en primera a los Corintios capítulo 9 versículo 24 dice «yo corro, y me abstengo como un atleta, porque yo quiero ese premio, yo quiero ese premio, ellos lo hacen por una corona de laurel, corruptible, yo lo hago por una corona incorruptible que el Señor Jesucristo me pondrá en la mano, cuando yo llegué a la gloria» yo quiero esa corona, solo una vida pronto pasará, solo lo que es para Cristo durará. 

¿Tú estás haciendo tesoros en el cielo? ¿Tú estás perseverando en hacer el bien? ¿Tú estás poniendo lo tuyo, tus energías, tus talentos al servicio de tu Señor y de tu iglesia? Pero si el estilo de vida que Pablo nos presenta en los versículos 7 y 10, no te describen a ti, mi amigo yo quiero invitarte en esta mañana, que vengas a Cristo en arrepentimiento y fe. Nota que mi invitación no es, mi invitación no es a que, a partir de hoy, tú pongas todo empeño en hacer buenas obras. No, es como colocar la carreta delante del caballo. Mira mi amigo, a menos que el Espíritu Santo te transforme, a menos que el Espíritu Santo te capacite con su poder, jamás podrás vivir a la altura de lo que Pablo está describiendo aquí, no vas a poder. La salvación es por gracia, es por medio de la fe en Jesucristo, no es por obras para que nadie se gloríe, dicho, ni siquiera los creyentes podemos alcanzar ese estándar a la perfección. Por eso tenemos que seguir confiando en Cristo día tras día, en la obra que Él hizo a nuestro favor en la cruz del calvario, y es esa confianza de que ya fuimos perdonados, de que ya fuimos aceptados en la presencia de Dios, únicamente por causa de Él. Es esa convicción, la que nos energiza para poder seguir haciendo buenas obras. 

No, nuestra invitación en esta mañana, no es que comiences a hacer buenas obras, es que vengas a Cristo arrepentido; de esa ambición egoísta, que ha caracterizado tu vida hasta el día de hoy, y pongas toda tu confianza, únicamente en esa bendita sangre derramada en la cruz, que nos limpia de todo pecado «justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia, en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios» ¡Oh! quiera el Señor que en este día tú puedas gloriarte en esa esperanza, habiendo puesto toda tu confianza en nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo, para obtener en Él, el perdón de todos tus pecados, y el don de la vida eterna, únicamente por gracia, únicamente por medio de la fe.










Nuestro deseo no es que conozcan a un predicador en particular, sino que vean claramente que las respuestas se encuentran en la Biblia, por eso debemos leerla, meditarla y vivirla cada día, pues nuestra fe no debe estar basada en las afirmaciones de un predicador, sino en la Palabra de Dios, la cual es invariable (Jn. 5:39, Mat. 22:29, ) y sigamos el ejemplo de los cristianos de Berea (Hch. 17:11).

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